CAPÍTULO V

 3ª PARTE

 

 

CONTENIDO DE LOS "TRANCES"

 

 


 

la Virgen pide que hagan una ermita a San Miguel

   Los besos

  El milagro

  La oración

  A continuación da el P. Andréu otro detalle, por cierto muy curioso, de lo que ocurría en los éxtasis de estos primeros tiempos de Garabandal.

   Aspecto exterior de los diálogos.

  ¡No te vaigas!

 


 

"Poseemos largos fragmentos de diálogos de las niñas en éxtasis. En general son de corte sencillo, con expresiones infantiles, y que tienen el aspecto de un recorrer los acontecimientos del día o de días anteriores. A semejanza de lo que sucedió en Lourdes, con Bernardita Soubirous, algunos de los que han oído tales diálogos, los toman a broma, es decir, los consideran de poco fuste.

"A lo largo de los diálogos que decimos, se ve el alma sumamente sencilla y transparente de las niñas. Tienen exclamaciones como ésta: ¡Qué bien se debe de estar en el cielo! ¡Llévame a mí, aunque sea para bajar otra vez! Ose les oye alusiones a sacrificios, a los pecados que se cometen, a que hay personas que no creen..., de donde viene el que con frecuencia pidan curaciones, milagros, para que la gente crea. Pero lo normal en sus diálogos es hablar e temas sencillos, que corresponden no pocas veces a las vivencias del día.

"Con frecuencia, en sus éxtasis, entonan el canto popular: "San Miguel Arcángel  –gran batallador – que en fiera pelea – a Luzbel venció... ¿Quién como Dios? ¡Nadie como Dios!" (Se trata de un canto, muy conocido en los pueblos y catequesis de España (al menos, por las provincias del norte, que me son más familiares).
De seguro que en Garabandal, como en tantos otros sitios o lugares de la Montaña, el canto era residuo de alguna misión popular.
Lo que aquí se dice de San Miguel, no necesita explicación, si se ha seguido con atención la marcha de esta historia.)
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la Virgen pide que hagan una ermita a San Miguel

 

"Dicen las niñas que la Virgen pide que hagan una ermita a San Miguel en el sitio de los Pinos. Esto se lo he oído yo mismo decir en estado de trance y también en conversación normal.

"En otras ocasiones las niñas, extáticas, han hecho versos. Generalmente corresponden a lo que en arte métrica se llaman coplas. Los acompañaban de música, es decir, que los recitaban cantando.

"Hasta le fecha –septiembre– los versos formaban parte de las rondas que hacían las niñas en trance a las que, por no haber sido llamadas de la Virgen, estaban durmiendo en casa. Algunos correspondían a canciones conocidas, como "Noche de paz!; otros eran inéditos, y solamente tenían sentido en la circunstancia en que se decían. Recuerdo sólo tres de estas coplas, aunque fueron más las que cantaron, pero no se pudieron escribir en el momento de decirse, y además no siempre se oían bien.

"La noche en que empezaba el día de la Asunción (14-15 de agosto), quedó dormida en casa la menor de todas, Mari Cruz. Las otras tres le cantaron a la vez, sin previo acuerdo, unas estrofas, que empezaron así:

Levántate, Mari Cruz:
¿no hueles las azucenas?
Que te las trae la Virgen,
para que seas muy buena.

"Otra noche, Loli, sola, fue cantando a las otras tres, que estaban en casa, por no tener visión. Sólo pude captar la dirigida a Conchita:

Levanta, niña Conchita,
que la Virgen está aquí,
con un ramito de flores,
pa regalártelo a ti."

–¿No es en verdad todo esto soberanamente delicioso? ¡Qué noches, las de Garabandal, por aquellas fechas! La paz, la gracia y los favores de Dos caían por medio de la Virgen, y a través de cuatro niñas, sobre todos los que se movían o descansaban en aquel humilde poblado, tan cerca de las cumbres, tan lejos de las bajas y turbias concentraciones humanas. ¡París, la nuit!... ¡Madrid, con sus noches!...¡Porquería o vaciedad! Para noches, las de Garabandal en este verano de 1961. No me extraña que nacionales y extranjeros llamaran frecuentemente a aquel puebluco "rincón del Paraíso", y que muchos no duden en afirmar: "Los más inolvidables momentos de mi vida los he vivido allí".

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Sobre el papel que las piedrecitas, las medallas, los rosarios, los crucifijos y las alianzas matrimoniales han tenido en los éxtasis de Garabandal, ya hemos dicho, y habrá que seguir diciendo...

 

Los besos

 

Oigamos de nuevo al P. Andreu: "Durante las visiones se ve que las niñas besan algo... Sus gestos son evidentes, y ellas dicen luego que han besado a la Virgen, al Niño, a San Miguel. También son besadas por Ellos. Los movimientos de besar, ser besadas, recibir al Niño, coger las coronas, resultan perfectamente definidos, y todos los pueden apreciar. En los numerosos trances que he presenciado, no he visto nunca una acción simultánea de besar las niñas a la vez, sino una después de otra. Sólo he visto la acción simultánea cuando estaba claro que el beso no era dado directamente, sino lanzado de lejos (lo que se llama "tirar besos")... Es frecuente que al terminar una visión, la niña o niñas que la han tenido, reciban un beso o dos en la cara (en cada mejilla) y que ellas den sólo uno."

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El milagro

 

"Desde que don Valentín les dijo a las niñas que pidieran a la Virgen un milagro para poder disponer de una prueba y creer, ellas lo han solicitado muchas veces (Esta petición de un buen milagro, que sirviera de señal para todos, empezó muy pronto, seguramente porque la gente lo estaba pidiendo de continuo. El sábado, 15 de julio, anotó don Valentín: "Fueron como a las nueve menos cuarto (al lugar del éxtasis); estuvieron unos siete minutos en el estado de siempre y hablaban bajo; yo me acerqué, y les entendí lo siguiente: "¡Haznos un milagro! Que la noche se convierta en día" (lo dijo Mari Cruz); y Conchita decía: "Sí, haznos un milagro, aunque sea chiquitín". Y el día siguiente, domingo y fiesta de la Virgen del Carmen, dijeron: "Vimos al ángel, sonriente; cuando le pedimos que nos dé una 'señal', se pone serio". "). Al principio, la Virgen sonreía. Después, parece que se pone sería... Al decirle las niñas que muchos no creían, que no creen, varias veces ha replicado Ella: "Ya creerán".

"En la actualidad afirman las niñas haberle oído ciertamente a la Virgen, que habrá un milagro (Esto de un gran milagro pendiente, "el Milagro", es uno de los grandes puntos y misterios de Garabandal. Posteriormente tendremos más información.) aunque no se sabe cuándo, ni en qué va a consistir."

 

La oración

 

Rezar ha sido siempre lo más importante en los sucesos de Garabandal. "Muy rara será la visión en que las niñas no hayan rezado el rosario o la estación a Jesús Sacramentado. El rezo del rosario es con frecuencia acompañado de canto, al menos en una decena. No se ve que las niñas cuenten las avemarías, y sin embargo, no se equivocan nunca en cuanto a su número. Ellas dicen que la Virgen les avisa cuándo es el gloria. La Virgen reza con ellas, al parecer, la parte que le corresponde...(Según hemos visto ya, por el diario de Conchita, si la Virgen en estos primeros tiempos rezaba con las niñas todo lo del rosario, incluso las avemarías, era sólo para enseñarles a hacerlo con la mayor perfección; después, sólo recitaba el Gloria.). Si alguna vez ellas se traban o no lo hacen bien, la Virgen mueve la cabeza un poco, como llamando la atención, pero sonriendo.

"La fórmula que emplean de ordinario, es la que aprendieron de mi hermano y de mí: Dios te salve, María: llena eres de gracia, el Señor está contigo, bendita eres entre las mujeres (Esta fórmula, aprendida de los PP. Andréu, es la que se oye a las niñas en las cintas magnetofónicas que nos conservan algunos de sus rezos en éxtasis.) Cuando rezan cantando, emplean la otra fórmula, corriente  –"el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres"–, que es la que corresponde a la música. La estación a Jesús Sacramentado! También se santiguan muchas veces; desde luego, siempre que llegan a la iglesia. A veces lo hacen de prisa, mal, y la visión las corrige... En una ocasión sé que les corrigió hasta la manera de poner los dedos en forma de cruz para besarlos al terminar de santiguarse... Este tema del rezo con la Virgen presenta muchas semejanzas con Lourdes y Fátima; pero en este caso, al lado de la devoción que debemos al Santísimo Sacramento."

Y yo me atrevo a añadir aquí, que también con esto Garabandal venía apuntando a otros de los grandes fallos que han sumido a la Iglesia en su terrible crisis actual: el descuido de la oración, especialmente por parte de las almas consagradas, y el olvido de la presencia sacramental de Cristo entre nosotros (La realidad de este abandono de la oración de esta falta de piedad eucarística es tan patente, que no hace falta aducir pruebas. Reléanse, para ilustración y amonestación, algunos de los discursos de Pablo VI en su temporada de Castelgandolfo, agosto-septiembre de 1969.
Y véase este desahogo del ilustre Karl Rahner, en cierto artículo suyo de 1967: "Es probable que las cuestiones y dificultades (por parte de teólogos y sacerdotes) planteadas a propósito de la "visita al Santísimo", tengan de hecho, frecuentemente, un objetivo más general: la oración contemplativa privada y de una cierta duración.
Se debería invitar a aquéllos que se declaran contra "la visita", a preguntarse si sus objeciones no traducen en realidad la reacción del hombre que, comido por sus preocupaciones o afanes de cada día, trata sin cesar de sustraerse a la mirada de Dios, huyendo del recogimiento por ser incapaz de soportar esta paz de Dios, que juzga y purifica.").
Las extrañas tarde y noches de Garabandal bien pueden ser una respuesta del cielo a esa infeliz actitud de no pocos "llamados".)
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A continuación da el P. Andréu otro detalle, por cierto

 muy curioso, de lo que ocurría en los éxtasis

de estos primeros tiempos de Garabandal.

 

"Hechos que yo mismo presencié, han dado lugar a que se diga que las niñas hablan lenguas extranjeras en su estado de trance. La verdad no es esa exactamente, al menos hasta el momento de escribirse estas líneas (Septiembre de 1961), la verdad es que las niñas sí han dicho algunas palabras en otras lenguas. Yo he oído las siguientes... (da algunas en francés, en latín, en alemán y el comienzo del avemaría en griego... y añade): Lo más interesante, no es tanto que dijeran en éxtasis estas palabras, sino que se fueran corrigiendo cuando las decían mal, hasta llegar a una dicción y pronunciación bastante correctas. Daban la impresión de estar oyendo a alguien tales palabras, una tras otra, y ellas simplemente repetían."

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Aspecto exterior de los diálogos.

 

"Desde el día 2 de julio, primera aparición de la Virgen, las niñas han mantenido sus diálogos en éxtasis de la siguiente manera, o en estas posturas: de rodillas, con oscilaciones, en marcha, caídas en el suelo. Los han mantenido, bien aisladamente (éxtasis individuales), bien en pareja, bien en grupo de tres, bien todas cuatro juntas (En las notas de don Valentín hay una, correspondiente al 23 de julio, domingo, que dice así: "Desde ayer se aparece (la Virgen) en sitios distintos y separados. Hoy fue en los Pinos, para Loli y Jacinta; Conchita y Mari Cruz la tuvieron en el Prado de la Fuente."). Cuando hay varias juntas en éxtasis, todo en ellas es simultáneo y bien sincronizado: hablan o preguntan a la vez, hacen las mismas exclamaciones de alegría, o de miedo... (En Cangas de Onís (Asturias), durante la Semana Santa de 2969, le escuché al venerable sacerdote don Alejo Martino, párroco retirado de Corao:
"Yo también subí una vez a Garabandal. Presencié el éxtasis de dos niños: dos ángeles en carne humana no hubieran podido tener mejor expresión... ¡Había que verlas! Y luego ¡cómo hicieron las dos a la vez, en absoluta coincidencia de movimientos, la señal de la cruz" En mi vida he visto hacerla así.")
y esto, sin que estén  –se ve clarísimo– mínimamente pendientes la una de la otra.

Parece indudable que corresponden a algo que están viendo y oyendo al mismo tiempo (Como una ilustración más, esta anécdota que debemos a don Miguel González Gay, abogado de Santander.
"Don Tomás, un indiano de Cossío que tuvo famoso bar en esta capital montañesa, relata que un día, en Garabandal, dando un paseo por los Pinos, se encontró en una vaguada con Mari Cruz, sola, arrodillada y en éxtasis. Se arrodilló a su lado, y trató de entender lo que decía: "Virgencita, ¿por qué me has avisado a mí tan tarde, si es que las otras ya están para comenzar el segundo misterio del rosario?"
–No me quedé a oír más; bajé corriendo con todas mis fuerzas al pueblo, y pregunté dónde estaban las otras chiquillas. Me dijeron que junto a la iglesia. Me planté allí de unas zancadas, y pude comprobar, con enorme sorpresa, que en aquel mismo momento estaban terminando el segundo misterio... ¿Cómo explicar semejante coincidencia, si no hubiese alguien que atendía al mismo tiempo a la solitaria de los Pinos y a las dos del pueblo?")

"La voz les sale en varios tonos. Algunas veces casi no se las oye, otras se las entiende con normalidad; de ordinario, es un hablar más bien bajo, algo extraño, como con sordina. Su modo de expresarse es el que usan en la conversación ordinaria, salvo raras excepciones. En caso de oír palabras cuyo significado no conocen  –caso frecuente–, piden explicación a la visión, y ésta, o les da la explicación pedida, o –como ocurrió en el caso de la palabra "sacrificio"–  les dice que se lo pregunten después a los sacerdotes.

 

"¡No te vaigas!"

 

Es muy frecuente oír a las niñas hacia el final de los trances: No te vaigas, ¡eh! Así expresan su ansia de continuar en tal estado...

"Son interesantes las palabras de Santa Teresa a este respecto: "No osa (el alma) bullirse ni menearse, que de entre manos le parece se le ha de ir aquel bien; ni resolgar (respirar) algunas veces no querría. No entiende la pobrecita que, pues ella por sí no pudo nada para traer a sí aquel bien, que menos podrá detenerle más de lo que el Señor quisiere" (Vida, cap. 15, párr. 1).

"Interesante también, leer todo el número 421 de la "Teología de la Perfección Cristiana", del P. Royo Marín, que gira sobre la afirmación de que "nadie puede ponerse a contemplar (Se trata de una contemplación no natural, de una manera superior de oración que estudian los Tratados de Teología Mística.) cuando le plazca". Esto se ha observado muchas veces, en realidad siempre, en las niñas de Garabandal, que tienen que estar esperando, sin poder adelantar acontecimientos a pesar de sus deseos (puedo señalar dos solas excepciones, en que recibieron orden formal de entrar en éxtasis: una del señor párroco, y otra mía).

"He visto a las niñas, una vez recibida la tercera llamada, entrar en éxtasis, salir, volver a entrar, sin aviso ni preparación previos, quedando con cualquier cosa que tuvieran en la mano  –una linterna, un vaso, el vestido, la mano de otra niña– y que no había forma de hacerles soltar... En cambio, otras veces han estado ellas, a propósito, recogidas, aisladas de todos, a la espera de la visión: y la espera ha sido en vano.

"Se ve que no depende de ellas el tener lo que tanto ansían y tanto llama la atención. De aquí sus respuestas llenas de humilde sinceridad a las múltiples preguntas de la gente: "No sé: cuando Ella quiera", "Donde Ela diga". Alguna vez se les ha planteado esta cuestión: "¿Es que siempre vais a ver a la Virgen?" "¡Ah! Nosotras no lo sabemos"."

–¿De qué otro modo podrían replicar? ¿Qué iban a saber ellas sobre los motivos y planes misteriosos de Dios?

Aquello que estaba ocurriendo en Garabandal no les pertenecía. Ni habían tenido derecho a ello, ni lo habían merecido, ni de ello podían disponer a su antojo... Ellas eran allí el "instrumento", nada más: instrumento en manos de una acción divina fuera de serie, que se mostraba ya llena de amor, belleza y misericordia, pero que aún ocultaba las dimensiones de su propósito y finalidad; instrumento para hacer de lo extraordinario de Dios  –¡El sabría por qué!–  realidad y emoción de cada día.

Ante todo aquello que estaba ocurriendo, y a la espera de lo que aún podría venir, sólo cabía la actitud confiada y adoradora del apóstol: "¡Oh, inmensidad de la riqueza, de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Qué insondables son sus decisiones, y qué irrastreables sus caminos!... Puesto que de Él y por Él son todas las cosas, a Él la gloria por siempre. Amén" (Rom 11, 33-36).

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A. M. D. G.