DIARIO DE CONCHITA - 1
SAN SEBASTIAN DE GARABANDAL 1 de Noviembre de 1962 [Conchita comenzó la redacción de su diario en 1962. Se terminó en la segunda mitad del año 1963. Abarca sólo una parte de la historia de las apariciones, la que va desde el 18 de junio de 1961 hasta enero de 1963.] María Concepción González, 13 años. Voy a relatar en este libro mis apariciones y mi vida corriente. El mayor acontecimiento de mi vida [Hay que entender que quiere decir: el mayor acontecimiento de mi vida hasta la fecha de junio de 1961. Es claro que sucesos posteriores tal como la aparición de la Virgen del Carmen o las locuciones con Nuestro Señor, tienen para las cuatro niñas, o para Conchita en particular, una importancia mayor que la visita del ángel.] fué el día 18 de Junio de 1961 en San Sebastián: Sucedió de la siguiente manera: Era un domingo por la tarde, donde nos encontrábamos todas las niñas jugando en la plaza. De repente Mari Cruz y yo pensamos ir a coger manzanas y nos dirigimos directamente allí [Se trata del lugar donde se encuentra el manzano de la primera aparición], sin decir nada a nadie que íbamos a coger manzanas. Las niñas al ver que nos
alejábamos las dos solas nos preguntaron: Nosotras les contestamos: ─ ¡Por ahí!. Y seguimos nuestro camino, pensando cómo íbamos a apañárnosla para cogerlas. Una vez ahí nos pusimos a coger manzanas y cuando estábamos más entusiasmadas vimos llegar a Loli, a Jacinta y a otra cría que venía a buscarnos. Al vernos coger manzanas exclamó Jacinta:
—¡Calla le contesté yo, que te oye la señora del maestro y se lo dice a mi mamá [Aniceta González, viuda, con cuatro hijos: Serafín (que viene a ser como el cabeza de familia) Cetuco (dimmutivo de Aniceto), murió en 1965, Miguel y Conchita.]. Yo me escondí entre las patatas y Mari Cruz echó a correr por las tierras. Entonces Loli exclamó: Entonces Mari Cruz vuelve a donde mí y salimos de nuestro escondrijo para reunimos todas. Estando hablando llamaron a la cría que venía con Jacinta y Loli, y se fué. Nos quedamos las cuatro solas y pensándolo mejor, volvimos las cuatro a coger manzanas. Cuando estábamos más divertidas oímos la voz del maestro, quien al ver que se movían tanto las ramas, creyó que eran las abejas y le dijo a su mujer Concesa: — ¡Vete al huerto, que andan las abejas donde está el manzano!. Nosotras al oirlo, nos entró mucha risa. Cuando ya nos llenamos los bolsillos echamos a correr para comerlas más tranquilamente en el camino o sea en la calleja. [Es el camino pedregoso que va desde el pueblo a un bosquecillo de nueve pinos.] Estando entretenidas comiéndolas escuchamos un fuerte ruido como de trueno [Es interesante recalcar que en Fátima, poco antes de la primera aparición del ángel de la Paz, los pastorcillos oyeron el ruido de un trueno.]. Y nosotras exclamamos a la vez:
Eso sucedió a las ocho y media de la noche [El "Gran Milagro" anunciado para Garabandal deberá producirse también a las ocho y media de la noche.] Una vez terminadas las manzanas
digo yo: Entonces empezamos a coger piedras y a tirárselas con todas nuestras fuerzas al lado izquierdo. Decíamos ahí estaba el demonio. Una vez cansadas de tirar piedras y ya más satisfechas empezamos a jugar a las canicas con piedras. De pronto se me apareció una figura muy bella con muchos resplendores que no me lastimaban nada los ojos. Las otras niñas Jacinta, Loli, y Mari Cruz al verme en este estado creían que me daba un ataque, porque yo decía con las manos juntas: "¡Ay! . . . ¡Ay! . . ." Cuando ellas ya iban a llamar a mi mamá se quedaron en el mismo estado que yo y exclamamos a la vez: "¡Ay, el Ángel!". Luego hubo un cierto silencio entre las cuatro... y de repente desapareció. Al volver normales y muy asustadas corrimos hacia la Iglesia, pasando de camino por la función del baile que había en el pueblo. Entonces una niña del pueblo,
que se llama Pili González nos dijo: Nosotras muy avergonzadas de
confesar la verdad le dijimos: Y ella dijo: Nosotras le contestamos todas a
una: Ella dijo: Nosotras: sí, sí... y seguimos nuestro camino en dirección a la Iglesia, y esta chica, se quedó diciéndoselo a otras. Una vez en la puerta de la Iglesia y
pensándolo mejor nos fuimos detrás de la misma a llorar. Unas crías que estaban
jugando nos encontraron y al vemos llorar nos preguntaron: Nosotras les dijimos: Ellas echaron a correr a comunicárselo a la señora maestra. Una vez que terminamos de llorar a la puerta de la Iglesia, entramos en ella. En aquel mismo momento llegó la señora
maestra toda asustada y en seguida nos dijo: — ¡Sí señora! — ¿A la mejor es imaginación vuestra? — ¡No, señora, no! Hemos visto bien al Angel. Entonces la maestra nos dijo: Cuando hubimos terminado de rezar la estación nos fuimos para nuestras casas. Ya eran las nueve de la noche y mi mamá me había dicho que fuera a casa de día, y yo ese día fui ya de noche. Cuando llegué a mi casa mi mamá me dice: Yo toda asustada por las dos cosas: por
haber visto aquella figura tan bella y por venir tarde a casa, no me atrevía a
entrar a la cocina y me he quedado junto a una pared, muy triste y le dije yo a
mi mamá; Ella me respondió: Yo le respondí de nuevo: Ella me respondió lo mismo, pero ya más dudosa de que yo hubiera visto al Angel. Esto fue a las nueve y media de la noche. Después ya esa noche ya no hablamos más de ello, fue una noche corriente igual que las otras sin hablar nada, ni nada. Ha llegado el día 19. Cuando nos hemos levantado, la gente ya
empezaba a hablar: Otras respondían: Otras decían: ¡Bueno! Todo era pensar cada uno una cosa. Fue un día que nada más hablaban de eso. A nosotras nos preguntaban que cómo era y nosotras todas contentas de la bella figura que habíamos visto lo decíamos muy seguras porque algunas personas dudaban de si sería verdad. Y nosotras les decíamos: cómo era; cómo iba vestido . . . muy resplandeciente . . . Pero la más de la gente se reía de nosotras, pero a nosotras lo mismo nos daba como sabíamos que era verdad. Estas conversaciones se hablaron a las diez de la mañana, cuando ya nos íbamos a la escuela. Cuando llegamos a la escuela la señora
maestra nos preguntó: Nosotras le respondimos a la vez: Las niñas de la escuela que nos rodeaban estaban todas admiradas de lo que decíamos. Pero nosotras continuamos como siempre, sin preocupación ninguna. Cuando salíamos de la escuela cada una se dirigió a su casa. Pero ese día Jacinta y Mari Cruz salieron juntas y se encontraron con el Párroco del pueblo don Valentín Marichalar, [Párroco del pueblo vecino, Cossío, y encargado del campanario de San Sebastián de Garabandal. De tiempo atrás conocía bien a las niñas y a sus familias. Su actitud ante las apariciones parece al mismo tiempo firme y dubitante. Quizá podría decirse que tenía una interna fe firme sobre la sobrenaturalidad de esos fenómenos a la vez que una muy prudente reserva y discreción ejemplar, frente al público qu subía a Garabandal.] quien les dijo todo asustado lo siguiente: ¡A ver, a ver! ¿Es verdad que visteis al Angel?. Ellas le contestaron a la vez: ¡Sí, señor! Ellas sonriendo añadieron: El Párroco caminaba a ver dónde estaba yo,
me encontró ya cerca de mi casa, llegó todo nervioso y me dijo: Yo le expliqué todo ... El me escuchaba muy
atento y al final me dijo: Le dije que así lo haría y el Párroco se marchó a casa de Loli a ver si coincidíamos todas. Yo seguí mi camino para mi casa. Loli contestó lo mismo que nosotras. Así, el
estaba cada vez más impresionado, porque coincidíamos las cuatro en todo.
Finalmente dijo: — Entonces iré donde el señor Obispo.[Se trata de S. E. Dr. Doroteo Fernández, antiguo Obispo Auxiliar de la diócesis y en junio de 1961, cuando comenzaron las apariciones, Administrador Apostólico de la diócesis de Santander. El año siguiente fue nombrado Obispo titular de Santander S. E. Dr. Eugenio Beitia Aldazabal; éste ha seguido la historia de las apariciones desde 1962 a 1965 y ha dejado la más importante de las cuatro notas que han emanado de la autoridad eclesiástica. Es la nota del 8 de julio de 1965. Su dimisión, por motivos de salud, fue aceptada. Sin embargo hubo de quedar al frente de la Diócesis como Administrador Apostólico, hasta agosto de 1965. El nuevo Obispo titular. S. E. Vicente Puchol, no se ha pronunciado oficialmente hasta el momento sobre. las apariciones.] Nosotras como siempre llegamos a casa, comimos y después fuimos de nuevo a la escuela pues entrábamos a las dos de la tarde. En mi casa estaban haciendo una pequeña reparación. Yo fuí acasa de la señora a la que le compramos la leche y me dijo: ¿Es verdad que vistéis al Angel, o es cosa que dice la gente? Yo le respondí: Ella me vuelve a preguntar: Yo se lo expliqué en tanto ella escuchaba
con mucha atención y me dijo así, sonriendo: Entonces yo le dije: Ella ya no me contestó nada y yo me fuí para
mi casa con la leche. Cuando llegué a casa le dije a mi mamá: —Van a dejar ir a rezar a Conchita? Mi hermano repuso: Pero yo, ¡Claro! le insistía a mi mamá y cuando estaba en esto, llegaron las otras tres niñas y me llamaron. Mi mamá se puso nerviosa y dijo: Nosotras le decíamos: Entonces mi mamá dudando si sería verdad y con tal y la dejara en paz, me permitió ir; y muy contentas nos fuimos a ese lugar llamado "Calleja" (un trocito de Cielo) ["Un trocito de cielo": la expresión está subrayada por Conchito en el texto original de su diario. Parece como una alusión al hecho de que la mayoría de las apariciones primeras, del ángel y de la Virgen, tuvieron fugar en este sitio.] La gente al vernos pasar nos preguntaba:
—¡A rezar a la Calleja! Pero la gente se reía de nosotras y nos decía: [La gente: al principio, como Conchita lo explica, sólo los vecinos del pueblo asistían a los éxtasis. Muy pronto comenzó a sumarse la gente de los pueblos vecinos, después de toda la provincia, también de toda España y del extranjero. El 18 de octubre de 1961 la multitud alcanzó la cifra de los 5,000 cifra verdaderamente considerable, si se tiene en cuenta el aislamiento de este pueblo y la gran dificultad de acceso (seis kilómetros de un camino detestable que no todos los coches pueden recorrerlo)] —¿Por qué no vais mejor a rezar a la Iglesia? Y nosotras a la vez les respondíamos: A ese sitio yo le puse "la Calleja" cuando llegamos a él, nos pusimos a rezar y la gente, y los niños nos miraban, pero los niños se escondían tras la cerca o entre el maíz y nos tiraban piedras. Nosotras les decíamos que no nos tiraran piedras, pero ellos se reían y nos seguían tirando. Estuvimos allí rezando el rosario y nos quedamos un rato esperando para ver si venía el Angel. El cielo estaba muy nublado y había mucho cierzo. Cuando ya se hizo tarde bajamos a la
Iglesia, pero en el camino encontramos a la señora maestra que nos preguntó: —Sí, le contestamos, pero muy tristes por no haber visto al Angel. [El hecho de ver o no la Visión es independiente del deseo de las niñas. Es la aparición misma la causa y el origen de los fenómenos místicos. Esto se verifica en Garabandal donde la voluntad de los videntes se ve impotente para cambiar cualquier cosa en el desarrollo de los acontecimientos.] Ella añadió: Y eran las ocho y media de la noche. Fuimos a hacer una visita al Santísimo y cada una nos fuimos para nuestras casas. A mí, cuando llegué me preguntó mi mamá: Yo le dije que hoy no le habíamos visto. Luego me puse a hacer mis labores, como siempre, cené, y me fuí a dormir a las diez menos cuarto, pero como no podía dormir me puse a rezar y oí una voz entonces que me dijo: —"NO OS PREOCUPEIS QUE ME VOLVEREIS A VER" [Esta frase está subrayada en el original.] Esta voz, como me contaron al día siguiente las otras tres niñas también la oyeron ellas. Yo me quedé preocupada después de oír la voz y seguí rezando, con mucha duración, hasta que me quedé dormida. Todo esto sucedió el día 19 de junio del año de 1961.
Regresar al Principio Ha llegado el día 20 del mismo mes. Nosotras hicimos nuestra vida corriente igual que el anterior. En tanto la gente seguía con los mismos comentarios aunque ya cambiados. Decían, que si a la mejor sería una imaginación nuestra pues como no lo habíamos visto el 19 creían que no se nos volvería a aparecer, pues ignoraban lo que nos había pasado por la noche. Ya que nosotras no lo habíamos dicho a nadie. Por la tarde del día veinte las otras tres niñas y yo hicimos nuestras labores, fuimos a la escuela y al regresar a nuestras casas, dijimos a nuestras mamás que íbamos a rezar a la Calleja. A mí, mi mamá me dijo que no, que ya que quería ir a rezar a la Calleja, que fuera a la Iglesia. Tanto mi mamá, como los padres y hermanos de las otras niñas estaban preocupados pues tenían una lucha muy grande, porque si se inclinaban a la verdad, también pensaban lo contrario. Cuando estaba yo diciéndoselo a mi mamá llegaron a mi casa las tres niñas: Loli, Jacinta, y Mari Cruz, y se exclamaron: —"¡Señora, deje ir a Conchita, déjela ir!" —Pero ¿para qué queréis ir a hacer el tonto? Nosotras le dijimos a la vez: —"Si no vamos a hacer el tonto; vamos a rezar haber si viene el Angel!” —No, ¡Yo no dejo ir a Conchita, id vosotras! exclamó mi mamá. Ellas se fueron pero muy despacio hasta que dejé de verlas, pues una pared me lo impidió. Yo me quedé muy triste. Mi mamá de repente salió y con voz muy alta llamó a Loli y le dijo: —¡Loli, dile a las otras niñas que vengan acá! En un momento estuvieron presentes y mi mamá les dijo: —"Si hacéis lo que os mando dejo ir a Conchita". Ellas muy contentas contestaron: —¡Si lo haremos! —Pues bien, vosotros tres os váis ahora solas como si fuérais a jugar sin decir nada a nadie y cuando hayáis llegado a la Calleja, irá Conchita escondida para que nadie se dé cuenta. Ellas se fueron pero con un poco de miedo pues pensaban que mi mamá se los decía en broma, iban muy despacio. Yo les dije: —¡Vayan, que yo iré luego! Al poco rato cuando mi mamá me dejó ir me fuí y las encontré lamentándose de que tardara. Ya juntas las cuatro nos pusimos muy contentas, llegamos a la Calleja y nos pusimos a rezar el rosario. Terminamos y el Angel no venía, decidimos ir a la Iglesia y cuando nos levantábamos pues estábamos de rodillas, vimos una luz muy resplandeciente que nos rodeaba a las cuatro y no vimos más que esa luz y gritamos como con miedo. Entonces desapareció aquel resplandor tan grande y nos fuimos a nuestras casas pues eran ya las nueve y media y no fuimos a la Iglesia porque era muy tarde. En nuestras casas no dijimos nada a nadie. El sacerdote del pueblo nos advirtió que si volvíamos a ver otra vez algo se lo comunicáramos rápidamente, pero este Sacerdote vive en otro pueblo llamado Cossío, que está siete kilómetros del nuestro. Nuestros papás, no nos dejan ir solas hasta Cossío por lo que decidimos decirlo a nuestros padres, quienes fueron a contarlo al Sacerdote, pues estos dos días no había gente en la Calleja, mas que nosotros cinco: el Angel, Loli, Mari Cruz, Jacinta y yo. Ha llegado el día 21. Ha sido un día corriente. La gente ya creyendo un poco más. Por la tarde, después de hacer lo que teníamos que hacer pedimos permiso a nuestros padres para ir al mismo lugar donde se nos aparecía el Angel. Pero al ir hacia la Calleja, viendo que la gente no nos creía le dijimos a una señora que se llama Clementina González que si quería acompañarnos para que viera que era cierto, pero ella no quiso venir sola, pues dudaba y fue a llamar a otra señora de nombre Concesa. Así al darse cuenta otras personas que veníamos acompañadas por estas señoras se unieron a nosotras y llegando a la Calleja nos pusimos a rezar el rosario. Terminamos y el Angel no vino. La gente se reía mucho y nos decía: —Rezad una "Estación." Así lo hicimos y al terminar se nos apareció el Angel. . . Era un viernes [Parece ser un error de Conchita. En realidad se trata de un miércoles; el texto original tiene una tachadura, lo que hace pensar que la niña tuvo alguna duda al escribir el día.] Nosotras le preguntamos que quién era y a qué venía, pero El no nos contestó nada. Terminada la aparición la gente estaba muy nerviosa y exclamaron: —¡Ay hijas mías, cuando volváis a ver al Angel le decís que nos perdone por no creer! Y algunas se pusieron a llorar. En especial una señora llamada Clementina quiso llamar a toda la gente del pueblo, pero iba a llamarla cuando el Angel desapareció. Entre esas personas había una tía mía a la cual otra señora le decía: —¿Tú has visto al Angel? Mi tía le contestó: —Yo no le he visto, pero si vosotros no creeis en esto, no creeis en Dios. Esa y otras señoras le preguntaban esto para que no se impresionara tánto, pero ella seguía igual. Todos los que nos habían visto, bajaban al pueblo contándolo a todos, quienes quedaban muy impresionados, pues nunca se había visto ni oído cosa igual en el pueblo. Ha llegado el día 22. Nosotras seguimos igual y el señor Cura de Cossío luego que se enteró de lo que la gente había visto y oído, dijo que él se lo iba a contar todo al señor Obispo, pero la gente le decía que primero lo viera él. Que se quedara en el pueblo. Ese mismo día a las ocho y media de la noche fuimos a rezar al mismo lugar. Fué toda la gente con nosotras y también el señor Párroco. Nos pusimos a rezar el Rosario y al terminar se nos apareció el Angel. Al vernos en "éxtasis," la gente empezó a gritar y a decir que esto era cierto, estaba también un profesor, su nombre es Marín. Algunos del pueblo decían que él era el que nos preparaba y le querían meter a la cárcel y se lo repetían a los guardias [Casi desde el comienzo hubo algunos números de la Guardia Civil, que velaba por el orden entre los numerosos forasteros que subían para ver a las niñas en éxtasis.] que vinieron al principio, ya que terminada la aparición nos llevaba a casa de un señor del pueblo, para preguntarnos cómo habíamos visto al Angel. Ha llegado el día 23. Fuimos al mismo lugar a rezar el Rosario, pero la gente ya era mucha, pues los del pueblo lo habían contado a los de Cossío, Puentenansa, Rozadio, etc. A las nueve menos cuarto vino el Angel, la gente seguía muy impresionada tanto del pueblo como los que habían ido de los pueblos vecinos. Cuando terminó la aparición toda la gente nos besaba. Ese día los guardias no quisieron que el profesor nos llevara y fuimos con el Párroco a la Sacristía, donde nos preguntó, llamándonos a una por una para ver si coincidíamos. Nosotras le decíamos cómo le veíamos. Luego que terminó de preguntamos salimos junto con él, el cual dijo a la gente: —¡Hasta ahora todo parece ser de Dios, pues coinciden las cuatro. Al oír esto la gente se puso muy contenta de que fuera de Dios. Ha llegado el día 24. Era sábado y subió al pueblo gente de muchas partes. Nosotras hicimos lo de otros días, es decir ir a rezar el Rosario a la Calleja. Toda la gente del pueblo nos acompañaba. Cuando llegamos al lugar ya estaban ahí los forasteros quienes se habían adelantado para coger puesto para vernos mejor. Ese día no nos dió tiempo de empezar el Rosario. Nada más que llegar al sitio donde se nos aparecía, y lo vimos. Nunca le habíamos oído hablar. Ese día le vimos un letrero debajo de él que decía: HAY QUE ... y en la segunda línea números romanos," [En una carta escrita por Conchita a la señor William A. Nolan, de Illinois, se precisa la descripción en los términos siguientes: "la primera vez que le hemos visto, no nos ha dicho nada hasta el día l de julio. Antes del l de julio traía debajo de los pies un letrero y no entendíamos bien lo que decía. Las palabras que hemos entendido son estas: en primer renglón, hay ... y en el último renglón XVIII — MCMLXI, esto es lo que hemos entendido." Es una alusión, como se verá un poco más adelante, al mensaje del 18 de octubre de 196l.]. Nosotras le preguntamos que qué quería decir aquello. El se sonreía pero no nos dijo nada. Cuando se terminó la aparición nos llevaron los mozos del pueblo un carro para que no nos atropellara la gente v no nos besaron. Nos llevaron a la Iglesia y ahí nos metió Don Valentín, el párroco, una por una para que le dijéramos como era. Nosotras le dijimos que habíamos visto el letrero y él nos preguntaba qué decía, o qué letras tenía pero nosotras le dijimos que no nos habíamos fijado en el letrero. El señor cura estaba impaciente por ir con el señor Obispo a contarle todo. Entonces nos mandó con el profesor a decírselo para que lo escribiera y ver si nos acordábamos de algunas letras. Ha llegado el día 25, domingo. Cada día venía más gente pues cada vez lo sabían en más partes, la gente seguía entusiasmada. Entre tanta gente había cinco sacerdotes, pero ellos no lo creían. También vino el señor maestro de Cossío. Cuando llegamos al lugar de la Calleja donde nos poníamos a rezar el Rosario, los del puebo habían hecho un cuadro con estacas y sogas para que la gente no se nos arrimara, únicamente los sacerdotes, nuestros padres y hermanos y los médicos. Ese domingo vinieron muchos médicos, y ya dije, cinco sacerdotes. [Al comienzo de las apariciones no habla ninguna prohibición ni restricción que impidiera a los sacerdotes subir al pueblo. En alguna ocasión subieron más de una docena de sacerdotes a presenciar los éxtasis: esto producía una gran alegría en las niñas que sentían por los sacerdotes una especial predilección. Les gustaba que los sacerdotes y religiosos creyesen en la realidad de las apariciones. (Sería interesante indicar que muchas veces, sacerdotes vestidos de civil, eran reconocidos por las niñas como sacerdotes. Nosotros recordamos por lo menos cinco casos de estos, algunos verdaderamente sorprendentes)]. Cuando vino el Angel, estuvo presente el maestro de Cossío pero ese día no creía y decía que todo era comedia y a mi hermano se lo dijo —"qué bien lo hace tu hermana". Pero mi hermano no respondió nada. Ese día el médico nuestro de cabecera cuando yo estaba viendo al Angel, me cogió a mí, me levantó y me dejó caer de una altura como de un metro más o menos y al caer mis rodillas sonaron como una calavera; [Hemos escuchado de un testigo autorizado, que ha conversado con el médico a que alude Conchita, algunas precisiones interesantes: a propósito de esta caída. Conchita dice que "no se daba cuenta". Esto explica que haya sobreestimado, por lo oído a testigos exaltados de este hecho, la altura real de su caída. Según el médico ésta no pasó de los 75 cms. También es cierto que no la dejó caer voluntariamente sino que se debió a una especie de aumento de peso repentino en la niña. El fenómeno de aumento de peso, que tiene relación con el de la lévitación, es conocido en la historia de los místicos. El aumento de peso se ha producido con frecuencia en los éxtasis de Garabandal.] mi hermano intentó quitarlo pero una fuerza interna lo echaba hacia atrás, de esto yo no me daba cuenta, pero la gente me lo contó después. Terminada la aparición toda la gente se veía muy emocionada y todos querían ver mis rodillas y yo no sabía para qué. Entonces serían como las 8 y media de la noche. Nos fuimos a la Iglesia a rezar a Jesús Sacramentado; [Como se verá a propósito de los mensajes, las enseñanzas y la historia de Garabandal está muy vinculada con la Eucaristía. Estas apariciones contienen una invitación de la Virgen al culto y a la devoción de Jesús Sacramentado.] luego nos llevaron a la Sacristía donde había muchos médicos y sacerdotes. Nos hicieron muchas preguntas y algunos de los sacerdotes no lo creían, otros sí. Pasado un buen rato nos miramos las piernas que estaban llenas de pinchazos, pellizcos o de uñas que nos habían clavado pero no nos dolía, aunque sí estaban marcadas. Ha llegado el día 26 lunes. Ese día no tuvimos aparición, pero el martes y el miércoles sí. El jueves y viernes tampoco aunque vino mucha gente. El sábado l de julio vino también mucha gente, muchos médicos y subían al pueblo en coche y ese día tuvimos la aparición muy temprano a las 7 y media, claro, casi de día y la gente lo veía muy bien. Ese día nos dijo el Angel que el domingo vendría la Virgen María bajo la advocación del Carmen [La aparición de la Virgen del Carmen a San Simón Stock tuvo lugar, según la historia, el día 16 de Julio de 1251. S. Simón Stock fue el sexto general de la Orden carmelita. La Virgen le dijo que tendría una especial protección sobre los que llevaran el escapulario o el hábito del Carmen. En 1726, el Papa Benedicto XIII extendió a toda la Iglesia la fiesta que conmemora esta aparición.] y el Angel seguía trayendo el letrero y nosotras no sabíamos lo que quería decir y ese día pasó como los otros. Nos metieron a la sacristía a preguntarnos cosas, acompañadas por los jóvenes del pueblo [Los jóvenes del pueblo, especialmente sus parientes y hermanos, eran los encargados de defender a las niñas del indiscreto entusiasmo de la gente.] hasta el mismo lugar de los demás días.
Ha llegado el día 28, (24).
Nosotras seguíamos muy entusiasmadas con lo que habíamos visto: el Angel con su letrero y muy sonriente. Nosotras hacíamos nuestras cosas igual que siempre. La gente que había visto le contaba a la que no había visto y ¡claro! venía más gente. El día 27 martes no tuvimos aparición, había mucha gente. Por la tarde fuimos como los demás a rezar el Rosario a la Calleja y le rezamos junto con la gente. Cuando terminamos de rezar y no vimos nada nos quedamos tristes porque creíamos que no volveríamos a ver ya nada. La gente se iba muy desilusionada "pero cuando Dios lo quiere así, es que tiene que serlo". Nosotras después de rezar el Rosario fuimos a la Iglesia a rezar una Estación al Santísimo, luego fuimos a casa. La gente del pueblo estaba triste pues ellos sí creían, en cambio los forasteros que habían ido y no habían visto nada regresaban riendo y decían: [Es interesante subrayar que Conchita no parece preocuparse por la opinión del público. Le da lo mismo que la opinión sea favorable o adversa; la niña permanece en la narración objetiva de la verdad pura, que defiende con, una firmeza inalterable,] ¡claro, como hay mucha gente y no están muy acostumbradas no se atreven a hacerlo delante de todos! Ha llegado el día 28. Nosotras estábamos un poquito tristes, pues no habíamos visto al Angel. Fuimos como de costumbre a la escuela; cuando salimos, la gente del pueblo al vemos tan tristes, lloraban y nos besaban diciendo: —¡Rezad mucho para que vuelva! Cuando llegó la tarde fuimos a la calleja e hicimos lo de costumbre. La gente rezaba el Rosario con más fe que nunca para que se nos apareciera. Al terminar de rezar las letanías, se nos apareció y vino más sonriente que nunca. Nosotras le preguntábamos ¿para qué venía? y El se sonrió y no nos contestaba. Empezamos a verlo como a las nueve y terminamos a las diez; se nos hizo un minuto o menos, estábamos muy contentas con El [Durante el éxtasis el tiempo les parece muy corto a causa de la intensa felicidad que tienen. Se les ha oido, con frecuencia, pedirle a la Virgen, después de una larga aparición: "Oh, te vas ya? ... espera un minutín más" . . . ] Ha llegado el día 29, jueves. Le vimos igual que siempre e hicimos igual que siempre. El viernes 30 igual. Ha llegado el l sábado. Ese día vino mucha gente, como era el día de la Virgen y a lo mejor se nos aparecía. Nosotras fuimos a la Calleja como siempre a rezar el Rosario y la gente nos acompañaba, al final del Santo Rosario se nos apareció el Angel muy sonriente y nos dijo: —"Vengo a anunciaros la visita de la Virgen bajo la advocación del Carmen, que se os aparecerá mañana domingo". Nosotras muy contentas le dijimos: —¡Que venga pronto! El se sonreía, entonces le dijimos: ¿Qué significa ese letrero que tú traes? —Ya os lo dirá la Virgen. Ese día nos habló de muchas cosas. Le decía a Jacinta, a Loli y a Mari Cruz cómo el primer día iban a llamar a la mamá de Conchita creyendo que le estaba dando un ataque [El ángel comenta con las niñas los sucesos que tuvieron lugar durante su primera aparición, el 18 de Junio]. Ellas se reían... —Porque es que estaba no sé como ese día. Estuvo dos horas y se nos hizo dos segundos. Después nos dijo: —Volveré mañana con la Virgen. Y se marchó. ¡Qué pena nos dió! La gente muy contenta nos preguntaba: —¿Qué os ha dicho? Y nosotras les contamos lo que nos había estado diciendo. La gente forastera se fue creyéndolo mucho y muy contentos con muchas ganas de decírselo a quien no lo había visto. El Angel tenía un vestido azul largo suelto, sin cinto, las alas rosas claras, bastante grandes, muy bonitas, su carita ni larga ni redonda, la nariz muy guapa, los ojos negros y la cara trigueña, las manos muy finas las uñas cortadas, los pies no se le ven. [Este es un retrato en el que puede admirarse el colorido, la precisión y la asombrosa riqueza literaria queda todavía más realzado por la sencillez del estilo en que está escrito.]
Regresar al Principio MES DE JULIO DEL AÑO 1961 Ha llegado el día 2, domingo. Fuimos a Misa y al Rosario. El Rosario fué a las 3 de la tarde [Se trata del rosario que cada domingo se reza en la Iglesia del pueblo y al que asisten casi todos los vecinos. Tiene lugar después de comer, generalmente.]. Nosotras después del Rosario nos fuimos por la carretera abajo, porque ese día llegaban unos hermanos míos e íbamos a ver si venían. Son cinco kilómetros de San Sebastián a Cossío, [En realidad son como unos seis kilómetros.], anduvimos cuatro. Como la gente nos conocía porque íbamos las cuatro juntas y como nos habían visto en fotografías [En el comienzo de las apariciones un fotógrafo había tomado algunos clichés que se vendían en Cossío y no en San Sebastián de Garabandal.]. Nos paraban y nos hacían regalos, cajas de bombones, caramelos, etc. . . . muchas cosas. Ese día habían ido 10 u 11 sacerdotes, médicos, un Abad y muchos coches. Como estábamos ya muy lejos del pueblo, decidimos regresar, algunos del pueblo bajaron a caballo a buscarnos. Pero una persona conocida, nos vió y nos dijo si queríamos subir que ellos nos llevarían al pueblo. Nosotras le dijimos que sí, pues mis hermanos no vinieron. Cuando llegamos al pueblo nos estaba esperando mucha gente y sacerdotes. Eran las 6 de la tarde. Nos fuimos a la Calleja a rezar el Rosario, sin llegar allá se nos apareció la Virgen con un Angel a cada lado. Venían con Ella dos Angeles, uno era San Miguel [Esta es la primera vez que Conchita emplea el nombre de San Miguel en su diario.] y el otro no sabemos. Venía vestido igual que San Miguel, parecían mellizos. Al lado del Angel de la derecha, a la altura de la Virgen, veíamos un ojo de estatura muy grande. Parecía el ojo de Dios. Ese día hablamos con la Virgen mucho y Ella con nosotras. Le decíamos todo: que íbamos todos los días al prado, que estábamos negras, que teníamos la hierba en morujos etc. . . . Ella se reía ¡como le decíamos tántas cosas! . . . Rezamos el Rosario viéndola a Ella y Ella rezaba con nosotras para enseñarnos a rezarlo bien [Como Conchita lo explica, al comienzo la Visión les enseñó a recitar bien el Rosario. Después la Visión decía sólo el Gloria.] y cuando terminamos el Rosario dijo que se iba. Entonces nosotras le dijimos, que estuviera otro poquitín, que había estado muy poco. Ella se reía y nos dijo que el lunes volvería. Cuando se fué, a nosotras nos dió mucha pena. Entonces algunas personas nos iban a besar y a preguntarnos lo gue nos había dicho. Otras, no lo creían porque decían que cómo la Virgen iba a hablar tanto pues le contamos muchas cosas. Pero la mayoría sí creía porque decían que era como una Madre que hace mucho que no la ve su hija y le cuenta todo. Con mayor razón nosotras que no la habíamos visto nunca y además ¡era nuestra Madre del cielo! Nos llevaron a la sacristía y un Padre que se llama D. Francisco Odriozola [Sacerdote de la Diócesis de Santander. Fue nombrado canónigo pasado ya un tiempo de comenzadas las apariciones. Ha sido uno de los principales informadores de los Obispos que se han sucedido en la Diócesis, desde el comienzo de las apariciones. Si creemos a las palabras del Vicario general de la Diócesis, el canónigo Sr. Odriozola. sería el presidente de la Comisión mencionada en la nota del 8 de Julio. Si hacemos caso al mismo Sr. Odriozola. su puesto sería el de secretario de esa Comisión.] nos preguntaba a una por una y después decía a la gente lo que nosotras le habíamos dicho. Así se terminó el día 2, domingo, ¡día muy feliz! porque hemos visto por primera vez a la Virgen. Con Ella estamos todos, siempre que queramos. La Virgen viene con un vestido blanco, manto azul [La manera corriente de representar a la Virgen del Carmen es con manto de color marrón. Las cuatro niñas lo conocían así. Ignoraban ciertamente que hubiera algunas representaciones de la Virgen del Carmen con el vestido blanco y el manto azul.] corona de estrellucas doradas, no se le ven los pies, las manos estiradas con el escapulario en la derecha, [La Virgen lleva un escapulario en el brazo. Las niñas han dicho que había como pintado en él una pequeña montaña. No entendía la razón de ser de esto. En España se llama simplemente Virgen del Carmen. Fuera de España es más general el nombre de Nuestra Señora del Monte Carmelo.] el escapulario es marrón, el pelo largo color castaño oscuro ondulado, la raya en el medio, la cara alargada, la nariz alargada fina, la boca muy bonita con los labios un poquito gruesos, el color de la cara es trigueño, más claro que el del Angel, diferente a la vez, muy bonita, una voz muy rara, no sé explicarla, no hay ninguna mujer que se parezca a la Virgen ni en la voz ni en nada [Es interesante comparar esta forma de escribir con otras que corresponden a experiencias místicas. Se suceden afirmaciones y negaciones, como dando a entender que lo dicho no se ajusta exactamente a lo que se ha vivido, ya que es algo que no puede explicarse con palabras.]. Algunas veces trae al Niño en brazos [La Visión ha dejado en repetidas ocasiones el Niño en brazos de las videntes. Ellas dicen que sienten el peso del Niño, pero que en cierto modo es como si no lo tocaran.] muy chiquitín como un nene recién nacido, una carita redonda, parece el color como el de la Virgen, una boquita pequeña, el pelín un poco largo, rubio, unas manos pequeñas, un vestido como una túnica azul. Ha llegado el lunes día 3. Nosotras muy contentas de haber visto a nuestra Madre del Cielo. A la mañana lo primero que hicimos el lunes día tres fue ir a rezar, nos fuimos a casa a hacer lo que nos mandaran nuestros padres. Después fuimos a la escuela con nuestra señora maestra, doña Serafina Gómez. Cuando llegamos, ella llorando nos besaba y nos decía: —¡Qué suerte tenéis etc. . . . Ya cuando salimos de clase, la gente nos decía igual que ella, todos muy impresionados y muy contentos, creyéndolo mucho. Nuestros padres también, en especial el de
Loli. Su padre Ceferino
[Ceferino Mazón, padre de María
Dolores (Loli) era el jefe de la junta del pueblo en el tiempo del comienzo de
las apariciones. Posee una especie de taberna. Julia, su mujer, tiene varios
niños. La menor Guadalupe, nació durante un éxtasis de Loli. Esta entró en casa
de sus padres diciendo que ya lo sabía porque se la había dicho la Visión. —¡Cosa como ésta no la hay! Lo mismo su madre Julia. La mamá de Jacinta, María, y su padre Simón mucho más.[Simón y María han tenido varios hijos. Uno de ellos es Jacinta. Toda la familia goza de una excelente reputación en el pueblo.] Si hacíamos alguna travesura el papá de Jacinta decía que los apóstoles hacían eso y empezaba a explicar cosas. Todo lo que hacíamos a él le parecía que estaba bien. El papá de Mari Cruz, Escolástico [Escolástico González y Pilar tienen una sola hija. Esta es Mari Cruz.] pues ése no va mucho a Misa y no parecía que decía nada y su mamá Pilar, días lo creía y días no, según. Mi mamá Aniceta sí lo creía, pero dudaba algo, porque, habíamos hablado mucho el domingo 2. Mis hermanos ellos creyeron desde que lo vieron, pero no solamente creyeron, sino que les causó un gran bien espiritual, y así a muchos. Había gente que le gustó, lo del domingo y a otra no le causó emoción . . . Nosotras continuábamos nuestra vida corriente y hacíamos lo que nuestros padres nos mandaban. Al día siguiente por la tarde nos fuimos en cuanto salimos de la escuela, porque ya teníamos muchas ganas de verla. De la escuela salimos a las cinco de la tarde y nosotras como habíamos pasado muy feliz el domingo día 2, pues ya teníamos ganas de volverla a ver y fuimos allá luego que salimos de la escuela y nos pusimos a rezar el Rosario, estábamos solas y ya cuando terminamos y que no la vimos, no nos extrañó ni nos pusimos tristes, como siempre venía más tarde y en vista de que no vino, entonces nos fuimos a nuestras casas e hicimos lo que nos mandaron en casa. Cuando ya nuestros padres lo creían más y cuando ya se aproximaba la hora del domingo, primer día que vimos a la Virgen nos dijeron: Ya tendréis que ir a rezar el Rosario al Cuadro. Nosotras les dijimos: —¿Es que todavía no nos llama? Nosotras se lo contamos: les dijimos que era como una voz interior, pero que no la oíamos con los oídos, ni oíamos llamar con nuestros nombres: es como una alegría. Son tres llamadas: la primera es una alegría
más pequeña, la segunda ya es algo mayor, pero a la tercera ya nos ponemos muy
nerviosas y con mucha alegría. Entonces ya viene y nosotras íbamos a la segunda
llamada porque si íbamos a la primera teníamos que esperar allí hasta muy tarde;
porque de la primera a la segunda, tarda mucho. Entonces nosotras les hemos
dicho lo de las llamadas y ellos se quedaron muy extrañados, pues nunca habían
visto ni oído tal cosa
[Como lo dice Conchita existen tres llamadas sucesivas antes del éxtasis.
Diremos algunas propiedades de estas llamadas. Nosotras después de pasar esta conversación tuvimos una llamada y se lo hemos dicho. Estábamos las cuatro juntas y había mucha gente. Algunos de ellos, de los que no creían, o sea porque no habían venido nunca le decían a Don Valentín, el Párroco del pueblo: —¿Por qué no pone a dos en casa de Loli y a otras dos en casa de Conchita, (mi casa). Don Valentín dijo: —Pues bien pensado, vamos a poner a Loli y Jacinta en casa de Loli y a Conchita y Mari Cruz en casa de Conchita. Así se lo dijo a nuestros padres y hermanos. Nuestros padres dijeron que sí y nos desapartaron en esta forma para ver si coincidíamos las cuatro a la vez. Después de media hora tuvimos la segunda llamada y coincidimos las cuatro, pues al mismo tiempo estuvimos en el "Cuadro" a la vez y esto admiró mucho a la gente y se preguntaban: —¿Cómo era posible que coincidiéramos? Según que llegamos al Cuadro se nos apareció
la Virgen con el Niño Jesús, pero no venían los ángeles
[A medida que la presencia de la
Virgen se hace más intensa, la del ángel parece decrecer. 'Ha servido como
introductor a la aparición de la Virgen. A parte de esto ha dado la comunión a
las niñas repetidas veces y entre ellas el día 18 de Julio de 1962 con ocasión
de lo que se ha llamado el milagro de la Forma. También ha venido a anunciar por
medio de Conchita el segundo mensaje para el mundo el 18 de Junio de 1965. La gente y padres que había nos daban
objetos para que se los diéramos a besar y ella lo besaba todo.
[Algo que puede decirse como
propio de Garabandal es que la aparición besa los objetos religiosos y los hace
distribuir entre la gente. Al comienzo fueron pequeñas piedrecitas. Enseguida
fueron objetos religiosos tales como medallas, rosarios, crucifijos, estampas y
también las alianzas matrimoniales. A nosotras, como nos gustaba hacer fiesta al Niño Jesús cogíamos piedras; yo las metía en las trenzas, Loli en las mangas y Jacinta se las daba a El pero no las cogía sino que se sonreía mucho. Mari Cruz le decía: —Yo, si quieres te doy caramelos que me han traído y si te vienes conmigo te los doy. Pero El, no decía nada. Ella nos hablaba mucho pero no nos permitió hacerlo a nosotras [Llevar al Niño Jesús]. Empezó la aparición a las siete y media y terminó a las ocho. Cuando ya nos decía: —Con Dios os quedáis y conmigo también; a nosotras nos daba mucha pena. Le dijimos: —¡Adiós! Por último nos dijo: —Mañana me veréis también. Ha llegado el martes día 4. Nosotras, como siempre. La gente del pueblo y nuestros padres y hermanos cada día creyéndolo más y las gentes forasteras que habían venido, muy animadas para decírselo a los demás, para que vinieran al pueblo. Nosotras seguíamos haciendo nuestra vida corriente y haciendo lo que nos mandaban nuestros padres. Llegó la tarde del martes cuatro, tercer día de ver a la Virgen, subían muchas personas, sacerdotes; hubo Rosario a las seis de la tarde en la Parroquia y nosotras con una llamada. Estaba la Iglesia llena de gente y en el
altar mayor había como doce sacerdotes y fotógrafos sacando fotografías. Cuando
terminó el Rosario nosotras teníamos dos llamadas y pensamos correr
[Hay dos maneras distintas de
correr, si es que podemos decirlo así: Decía la gente que nosotras con todo lo que corríamos no sudábamos y ellos sí sudaban y llegaron todos cansados y les extrañaba. Pero como era la Virgen la que nos llevaba! . . . [Según las explicaciones de las niñas, durante sus marchas extáticas tienen la impresión de estar quietas delante de su visión y cómodamente situadas.] La Virgen siempre sonriendo, lo primero que nos dijo fue: —¿Sabéis lo que quiere decir el letrero que tenía el Angel debajo? —No, no lo sabemos. —Dice ella: —Quiere decir un Mensaje que os voy a explicar para que el 18 de octubre lo digáis al público. Entonces nos lo dijo, y es el siguiente: "HAY QUE HACER MUCHOS SACRIFICIOS, MUCHA PENITENCIA, VISITAR AL SANTISIMO, PERO ANTES TENEMOS QUE SER MUY BUENOS Y SI NO LO HACEMOS NOS VENDRA UN CASTIGO. YA SE ESTA LLENANDO LA COPA Y SI NO CAMBIAMOS NOS VENDRA UN CASTIGO MUY GRANDE"
[Conchita
repite a menudo, lo mismo que sus compañeras: "Ante todo el mensaje". Dice
todavía más: "De nada nos sirve el creer en las apariciones, si no cumplimos e!
mensaje, mejor dicho ni no cumplimos con lo de la Santa Madre Iglesia". (Carta
de Conchita al P. Alba de Barcelona, 10 de Diciembre 1965).
Esto es lo que quería decir aquel letrero del Angel y el Mensaje que dijimos el 18 de Octubre. Luego de decírnoslo se fue. Empezó a las seis y veinticinco minutos y se fue a las siete. Ella nos dijo todo esto el primer día pero yo no entendí nada. Al día siguiente nos dijo que Ella nos lo explicaría más tarde. Luego nos explicó qué quería decir el Mensaje y cómo lo teníamos que decir. Nos indicó que lo teñíamos que decir nosotras en el portal de la Iglesia y que el 18 de octubre [Al hacer alusión Conchita al mensaje, da un salto en su diario y se traslada al día 18 de Octubre de 1961 que fue el día en que las cuatro niñas hicieron público el mensaje. Luego volverá a los sucesos que tienen lugar en el Verano de 1961.] se lo comunicáramos a Don Valentín, para que lo dijera él, en los Pinos, a las diez y media de la noche. Esto nos lo dijo la Virgen para que lo hiciéramos así. Pero como la Comisión dijo que había mucha gente y llovía mucho, no había donde cobijar el personal. Que sería mejor decir el Mensaje a las 9 u 8 y media. Todo esto lo dijo la Comisión y así lo hicimos.
Regresar al Principio Octubre. Subimos a los Pinos nosotras cuatro con el
personal que había a las 10 menos 5
[Como lo dicen las explicaciones
a menudo embarulladas de Conchita, no se pudieron cumplir las recomendaciones de
la Aparición. La comisión a que alude Conchita prefirió que la lectura del
mensaje no se hiciera a la puerta de la Iglesia, como lo había pedido la Virgen.
Después de leerlo bajábamos ya para el pueblo, cuando justo en el sitio llamado el Cuadro se nos apareció la Virgen Ella me dijo a mí: Pero como yo me extrañé mucho,
[El asombro de Conchita se
explica. El P. Ramón Ma. Andreu, S.J. subió a Garabandal con su hermano el P.
Luis Ma. también Jesuita, en los últimos días del mes de Julio de 1961. Había
vuelto a subir repetidas veces a lo largo del verano de 1961. Por esto, en la
fecha en que está la narración de Conchita el P. Ramón Ma. había sido testigo y
en ocasiones sujeto, de muchos fenómenos extraordinarios. Las dudas que le
surgen este día al Padre, no dejan de extrañar a Conchita. Agosto. Dos meses antes del mensaje [Como ya se ha podido notar hasta ahora, Conchita prefiere seguir el encadenamiento de los diversos asuntos antes que someterse a un rigor cronológico, en su narración.], me llevó a Santander un Sacerdote llamado Don Luis. [La persona que aquí se menciona es un sacerdote pariente de la familia de Conchita; sirvió de intermediario para organizar el viaje de Conchita a Santander.] La víspera de ir a Santander había mucha gente y entre ellos había un Padre con un hábito blanco y a mí me extrañaba muchísimo que viniera con hábito de ese color pues nunca lo había visto. Ese día me había dicho mi mamá que le preguntara a la Virgen si me dejaba ir a Santander y yo le dije que ya se lo preguntaría [El hecho de que Aniceta pregunte a la Visión por medio de Conchita, indica que tenía una cierta fe en las apariciones a pesar de que éstas habían comenzado poco tiempo atrás.] Eran las 6 de la tarde cuando ya teníamos las cuatro dos llamadas. En esos momentos un Padre nos dió un paquete de caramelos que nos había traído. Su nombre es Don Alfonso Cobián, nos los había traído para las cuatro, pero cuando nos los estábamos repartiendo nos vino la tercera llamada. Dejamos los caramelos en la calle (con las ganas que teníamos de comerlos) pero nos gusta más ¡mucho más, ver a la Virgen! Además la tercera llamada es una cosa que nos lleva y no sabemos ni cómo vamos al sitio llamado Cuadro. ["Cuadro": lugar delimitado por unos troncos que se pusieron para proteger a las niñas, durante sus éxtasis, del entusiasmo de los curiosos. El Cuadro está en la Calleja.] No nos dió tiempo de llegar al lugar señalado pues se nos apareció un poco antes. Como teníamos tantos deseos de saber quién
era aquel Padre que venía con un hábito blanco
[Cuando se trata de los
sacerdotes, las niñas preguntan a la Aparición de una manera intensa, no hay
nada que parezca preocuparles más.], se lo
preguntamos a la Virgen, pero Ella no decía nada, no hacía más que sonreír.
Nosotras insistimos de nuevo y al cabo de mucho rato nos dijo: —¿Un Dominicu? Ella me respondió: Ese mismo día le pregunté a la Virgen que si me dejaba ir a Santander y Ella no me dijo que no. Este día duró la aparición una hora justa pero a nosotras nos pareció un minutín. Ella misma nos dijo que había estado una hora. Me querían llevar a Santander porque decían que yo era la que obsesionaba a las, otras niñas [Se ha propuesto como solución a los fenómenos de Garabandal las más diversas teorías. Se ha hablado de autosugestión por parte de Conchita con eteroinducción a las demás niñas. También se ha pensado en hipnotismo en histeria, etc., pero unas soluciones iban deshancando a otras dejando siempre abierto el interrogante de Garabandal.]. Entonces me llevaron para hacer la prueba. El primer día que fui tuve una aparición junto a la Iglesia llamada de la Consolación [El éxtasis al que aquí alude Conchita tuvo lugar el día 27 de Julio de 1961. El mismo día, a la misma hora, las otras tres niñas tuvieron una aparición en los pinos. Durante esta aparición en los pinos le Virgen comunicó a las tres ninas que Conchita le estaba viendo a Ella en Santander.]
Cuando se terminó la aparición me metieron en una oficina [Se trata de la sacristía de la Iglesia de la Consolación. Sin duda que Conchita la llama oficina porque no tenía otro concepto de sacristía que la pequeña de la Iglesia de San Sebastián de Garabandal.] con un sacerdote y un médico a preguntarme cosas. El sacerdote se llama D. Francisco de Odriozola y el Doctor Piñal. Me decían: —¿Cómo es que haces esas cosas? ¿Qué estás loca? ¿Cómo es que engañas al mundo de esa manera? Después el Doctor me dijo: —¡Ponte tieza y mírame a la nariz que te voy a hipnotizar! Cuando me decía: mírame a la nariz, me reía
y entonces decía: Eso fue todo por ese día, y no me hicieron mas preguntas. Al día siguiente me llevaron con unos médicos para ver si estaba enferma y fuimos con un doctor que se apellida Morales y con varios más. Todos decían lo mismo, que estaba bien y que esto de las apariciones era un sueño. Que me dejaran ahí en Santander para que me distrajera, para que se me olvidaran todas las cosas que me habían pasado y así no volvería a tener más apariciones. Entonces como mi mamá quedó tan convencida de que no era nada lo que me pasaba, hizo lo que le dijeron los médicos, me dejó y se marchó a Garabandal. Unas sobrinas y una hermana del P. Odriozola me iban a buscar todos los días a casa, para ir a la playa y a las ferias lo que yo hasta el presente nunca había visto. Como iba todos los días a la playa, no se me aparecía la Virgen. Al cabo de ocho días un señor intervino para que fueran por mí. Mi mamá me fué a buscar. El nombre de este señor es Don Emilio del Valle Egocheaga, ¡Ese nombre lo tendré presente toda la vida! El día que me trajeron fui con el Dr. Piñal para decirle que ya me iba, pero él se puso muy enfadado y me dijo muchas cosas para que no me fuera. Entonces le dije que yo no veía a la Virgen, pero que me parecía que las otras niñas sí la habían visto y que el Mensaje sí era verdad. Entonces me dijo que lo firmara. Yo lo firmé. Después me dijo que se lo fuera a decir al Sr. Obispo Don Doroteo. Y así lo hice. Todos se portaron muy bien conmigo, después de todo. Cuando llegaba al pueblo, de regreso de Santander, varios sacerdotes y mucha gente venía a encontrarme, porque decían que Loli y Jacinta en su aparición habían dicho que yo ya venía por la carretera; como era verdad. Ellas estaban en la Iglesia y se lo había dicho la Virgen. Mari Cruz estaba esperando esa misma noche en su balcón a la Virgen junto con bastante gente [La casa de María Cruz es la primera según se entra en el pueblo. Tiene un balcón de madera, donde la niña estaba con frecuencia, mientras esperaba las apariciones.] Al día siguiente cuando bajaba del prado nos encontramos mi mamá y yo, con mi madrina Maximina González, que toda asustada nos decía: ¿No sabéis que se ha oído la voz de la Virgen en el magnetofón? Entonces le pregunté: Mi madrina respondió: Loli y Jacinta le decían: Entonces en la cinta se oyó: La gente —decía mi madrina— empezó a llorar
muy emocionada porque había oído la voz de la Virgen
[Este hecho que relata Conchita
tuvo lugar el 5 de Agosto de 1961. Hemos visto el testimonio escrito y firmado
por diversos testigos. El resumen de lo que relatan estos testimonios es el
siguiente: En los días que estuve yo en Santander,
había en el pueblo dos Padres Jesuítas: el Padre Ramón María Andréu y el Padre
Luis María Andréu venían como muchos sin creer nada
[Al comienzo de las apariciones
la mayor parte de los que subían a Garabandal lo hacían más empujados por la
curiosidad que por la fe. Un día de estos en que estuvieron los
Padres, Loli y Jacinta tuvieron una aparición en los pinos. Esto fué durante el
día. Estaban ahí estos dos Padres presentes y viéndolas a ellas en éxtasis,
creyeron. Cuando pasó un pequeño rato y las dos en éxtasis, el Padre Ramón María
pensó: Inmediatamente se le fue la visión a Loli; a los pocos minutos se le volvió a aparecer la Virgen. Los Padres esto lo admitieron como una
prueba [Hemos hablado,
a propósito de esto con el P. Ramón Ma. Andréu. Reproducimos aquí parte del
diálogo: Un día en que las cuatro tuvimos visión,
Loli, Jacinta, Mari Cruz y yo, había muchas personas y entre ellas el Padre Luis
María Andreu y un seminarista, Andrés Pardo, y el Padre Royo Marín, Dominico.
Era de noche cuando se nos apareció ese día la Virgen. A la salida del rosario
nos pusimos en éxtasis las cuatro y empezamos a caminar hacía los pinos.
Llegando allá, el P. Luis María dijo: ¡Milagro, Milagro! y se quedó
mirando hacia arriba. Nosotras le veíamos bien, pues, en nuestros éxtasis no
vemos a nadie, únicamente a la Santísima Virgen
[En lo que pudiéramos llamar la
"terminología de Garabandal" diremos algo sobre lo que podemos llamar "los
campos de visión." La gente nos dijo que en los pinos habíamos recitado un Credo (esta fue la primera vez que la Virgen nos enseñaba a rezar) y que después habíamos descendido hacia el pueblo en el mismo estado. Cuando llegamos a la Iglesia la Virgen se fue para nosotras tres, pero a Mari Cruz ya hacía varios días que no se le aparecía la Virgen, ella siguió en éxtasis y entró en la Iglesia junto al altar de la Virgen del Rosario y de San Miguel, empezando a rezar con la Santísima Virgen el Credo muy despacio. La misma Mari Cruz decía que la Virgen iba rezando delante, para enseñarla a rezar despacio, muy bien. Después del Credo, Mari Cruz dijo la Salve e hizo el signo de la Cruz lentamente y muy bien, y hablando con la Santísima Virgen ella exclamaba: —¡Hay, qué bien que vino el Niño Jesús! ¡Cuánto hacía que no venía!. ¿Por qué tardaste tanto en venir conmigo y con las otras tres vienes más? Esto se lo escuchamos varias personas que estuvimos junto a ella, entre estos el Padre Luis Ma. Andreu, un seminarista y el Padre Royo Marín. Al día siguiente fuimos nosotras cuatro, a
barrer la Iglesia y al estar barriendo vino la mamá de Jacinta muy asustada y
nos dijo: Nosotras no le creíamos pues lo habíamos
visto el día anterior. Entonces, dejamos la Iglesia a medio barrer y nos fuimos
a enterar con la demás gente. Nos dijeron que cuando ya se iba a morir sus
últimas palabras fueron: Después murió. Esto aconteció en el camino que va a Reinosa
[La muerte del P. Luis
María Andreu, forma parte importante en los acontecimientos de Garabandal, como
se puede ver por el diario mismo de Conchita. Este padre era profesor de
teología en la facultad que la Compañía de Jesús tiene en Oña, provincia de
Burgos. Había hecho sus estudios en Oña, Innsbruck y Roma. Cuando murió tenía 36
años. Cuando se marchaba de San Sebastián de Garabandal en el coche en que viajaba iban Carmen Fontaneda y su marido Faito Fontaneda y varios más [Conchita cita aquí los testigos de la manera cómo murió el P. Luis María. Faito Fontaneda es diminutivo de Rafael Fontaneda. Su esposa es Carmen Fontaneda. Con ellos iba una hija de ambos que en el momento de la muerte del padre, tendría como unos seis años. El mecánico se llamaba José Salceda.] La mamá del Padre Luis Ma. Andreu entró de
monja de clausura a las 48 horas después de la muerte de su hijo
[Hay un error en la apreciación
de Conchita. Se le preguntó por qué había puesto que a las 48 horas se había
metido de monja de clausura y dijo que porque así lo había oído en el pueblo.
Pasados unos días después de la muerte del
Reverendo Padre Luis María, nos dijo la Santísima Virgen que íbamos a hablar con
él [Sobre estas
conversaciones que las niñas tuvieron con el P. Luis María después de su muerte,
hemos preguntado al P. Ramón María:
Esperanza, Esperanza. En el cielo
estrellado El día 15 de Agosto, fiesta de Nuestra Señora, hubo muchas excursiones y venían de juerga y armando escándalo. Ese día era cuando nos había dicho la Virgen que teníamos que hablar con el P. Luis María Andreu, pero como había escándalo no vino hasta las 4 de la mañana del día siguiente a la misma hora en que se había muerto el Padre Luis. Entonces sí se me apareció en mi cocina la Virgen y me dijo: "Ya hoy no vendrá el Padre, pero vendrá mañana'' Al día siguiente entre las 8 o 9 de la noche
se nos apareció la Santísima Virgen muy sonriente como de costumbre y nos dijo a
las cuatro: Al poco rato vino y nos llamó a una por una, pero nosotras no le veíamos nada, únicamente oíamos su voz. Era exactamente igual que cuando hablaba en la tierra cuando nos daba consejos. Nos hizo algunos encargos para su hermano el Padre Ramón Ma. Andreu. Nos enseñaba palabras en francés y aún a rezar en griego. También nos enseñó palabras en inglés y en alemán. Al cabo de un rato ya no escuchábamos su voz. Entonces se nos apareció la Virgen, quien estuvo un momento más y se marchó. Nos dijo la Virgen ese día: Al día siguiente, a la misma hora del otro
día se nos apareció la Santísima Virgen a las cuatro; estuvo unos minutos muy
sonriente, pero no nos dijo nada ... A los pocos minutos se nos hizo de noche y
oímos la voz que nos llamaba. Entonces Mari Cruz exclamó: Mientras oíamos esa voz estaba muy oscuro
[Sobre esa voz no se
pueden dar casi precisiones. No es claro para nosotros su significado. En todo
caso es una voz que para las niñas representaba algo que les daba miedo.]
y no veíamos a la Virgen, pero después venía Ella y se ponía muy claro y nos
dijo: Después nos habó un momento. Precisamente esa noche fue la primera noche que nos besó [Conchita lo recuerda con un sentimiento de felicidad. A lo largo de sus éxtasis era muy frecuente ver a las niñas poniendo la cara para recibir en ellas el beso de la Visión y a la vez se veía a las niñas cómo ellas la besaban. Esto generalmente sucedía al momento de terminar la Visión cuando la despedida. También era muy frecuente que el éxtasis terminara santiguándose las niñas a la vez que con el beso.], una por una, y después se marchó.
Regresar al Principio Al día siguiente casi a la misma hora se nos volvió a aparecer la Santísima Virgen y lo primero que nos dijo fue que recemos el Rosario [Las niñas han rezado el Rosario en Garabandal durante sus éxtasis muchas veces. En ocasiones era simplemente rezado. Otras era cantado. A veces durante sus marchas extáticas se paraban delante de los portales de las casas habitadas del pueblo. A veces subían en marcha extática hasta la habitación donde había un enfermo. Se han podido grabar en cinta magnetofónica algunas de estas Ave Marías que las niñas rezaban, así como algunas canciones que ellas cantaban invitando a la oración y a la penitencia. El rezo del Ave María en éxtasis es extremadamente lento y con un ligero temblor en la voz. En las grabaciones que existen se escucha el ruido de las pisadas de las personas que acompañaban a las niñas durante estos rosarios por el pueblo.] Nosotras, claro, como nunca lo dirigimos,
Ella nos dijo: Ella lo rezaba muy lentamente, diciendo: Y nosotras también decíamos: Luego rezábamos: Al llegar a la Salve nos mandó cantarla y
nosotras la cantamos. Cuando terminamos de rezar el Rosario, Ella nos dió un
beso y antes de marcharse nos dijo: Al día siguiente como Ella lo anunció vino y
nos dijo igual que el día anterior: Así lo hicimos en esa noche. Fuimos a los lugares en que se nos había aparecido la Santísima Virgen al principio. La gente después nos dijo que en éxtasis, habíamos subido a los Pinos y que anduvimos de pino en pino rezando de rodillas. Hasta ahora en todos estos éxtasis hemos estado las cuatro juntas: Jacinta, Loli, María Cruz y yo. Pero ya empezamos a tener éxtasis cada una por separado en nuestras casas. Así nos llamaba la Santísima Virgen sin estar juntas sino separadas. Pero siempre en éxtasis veíamos a la Santísima Virgen. Como Mari Cruz había tenido ya la aparición primero y se había ido a la cama, pedimos a la Virgen que nos enseñara unas canciones para cantarlas a Mari Cruz discurriendo nosotras alguna palabra y Ella nos ayudaba con lo demás en la forma siguiente:
Levántate Mari Cruz, Mari Cruz, Mari
Cruz Mari Cruz, Mari
Cruz Esa noche estuvo la Santísima Virgen con nosotras desde las 9 de la noche hasta las 7 de la mañana. Esa noche jugamos a los tíos [Significa jugar al escondite] con la Virgen. Nos escondíamos dos de nosotras y otras dos nos encontraban. En una de nuestras apariciones bajamos Loli y yo de los pinos con mucha gente y vimos una cosa como fuego en las nubes que también lo vió la gente que estaba con nosotras y los que estaban ahí. Cuando pasó eso se nos apareció la Virgen y le preguntamos qué era aquello. Ella nos dijo: Otro día, cuando estábamos Loli y yo (que era día del Pilar) estábamos viendo a la Virgen cuando se vió una estrella y un rastro muy grande debajo de los pies de la Virgen. Estrella que vieron varios. Le preguntamos a la Virgen que qué quería decir, pero no nos contestó. Algunas veces queríamos estar juntas las tres pero nuestros padres no nos dejaban estar de noche fuera de nuestras casas, así, cuando salíamos del Rosario algunas veces y teniendo ya dos llamadas hacíamos como si estuviésemos viendo a la Virgen y mirábamos hacia arriba [La explicación de Conchita es clara. Cuando se preguntaba a las niñas, por qué fingían en esta forma antes de tener el éxtasis. Respondían invariablemente: "es porque deseábamos estar juntas. Algunas veces ella nos reñía por hacer esto".] para poder estar reunidas. Entonces nos seguían nuestros padres y la gente. Al final llegaba la Virgen. Nunca fingimos éxtasis completos. Cuando íbamos juntas y se nos salía el
calzado, la Virgen decía a la otra: Y nos calzábamos unas a otras. Cuando íbamos solas, si nos descalzábamos seguíamos toda la aparición descalzas y al fin nos preguntaba la Virgen que en dónde estaban nuestros zapatos. En estas apariciones le pedíamos a la
Santísima Virgen que hiciera un milagro. Ella no nos decía nada, se sonreía con
nosotras. Pero nosotras le suplicábamos: Pero Ella, continuaba sonriendo. And She smiled. El Arcángel San Miguel al principio de las ápariciones nos daba hostias sin consagrar. Nosotras ya habíamos comido [Conchita hace alusión al ayuno Eucarístico, que era entonces de tres horas], y sin embargo El nos las daba pues no estaban consagradas era para enseñarnos a comulgar bien. Un día nos mandó que fuéramos temprano a los
pinos sin comer nada y que nos acompañara una niña
[Ya desde el principio se dió
este hecho. En algunas apariciones sólo les permitía la Virgen que fuera con
ellas una niña. A estas niñas les llamaban en el pueblo las niñas testigo,
porque eran los ú-nicos teitigos que podrían presenciar próximamente la
aparición y escuchar lo que las niñas decían. Eran muy pequeñas, como de unos
seís años, en el comienzo de las apariciones. Las que preferentemente y casi
exclusívamente fueron llevadas para esto, eran Sari y Mary Carmen, hermanas de
Jacinta y de Loli.]. Nosotras la llevamos e
hicimos lo que El nos mandó. Cuando llegamos a los pinos se nos apareció el
Angel con un copón como de oro y nos dijo: Nosotras lo rezamos. Después nos dió la
Comunión indicándonos que diéramos gracias a Dios. Luego de dar gracias nos dijo
que rezáramos con El: "el Alma de Cristo". Nosotras lo rezamos. Al terminar esta
oración, El nos dijo: Cuando le decíamos esto a la gente no lo creían algunos y sobre todos los sacerdotes porque decían que el Angel no puede consagrar. Cuando volvimos a ver al Angel le indicamos lo que la gente decía y El nos contestó que las hostias consagradas El las cogía de los Sagrarios de la Tierra. Esto se lo repetimos después a la gente, pero algunos seguían dudando. Así nos estuvo dando la comunión durante mucho tiempo. La Santísima Virgen nos mandó a las cuatro Loli, Jacinta, Mari Cruz, y yo ir a rezar el Rosario al Cuadro. Algunos días íbamos a las 6 y otros más tarde. Jacinta y Mari Cruz iban a las 7 de la mañana y Loli no tenía hora fija. Pero como a Mari Cruz no le venía bien levantarse tan temprano decidió ir mejor a las 8. Jacinta iba a las 6 acompañada de su madre y gente del pueblo que siempre nos acompañaba. A mí por Semana Santa me mandó que fuera a las 5 de la mañana, como lo hice (pues la Santísima Virgen quería que siempre hiciéramos penitencia). 22 de junio En vista de que tanto insistíamos a la
Santísima Virgen y al Angel para que se hiciera un milagro, el 22 de junio
cuando iba a recibir la Sagrada Comunión de manos del Angel me dijo: Y yo le pregunté: El me respondió: Yo me quedé pensando un momento y le volví a
preguntar: El me dijo que "la gente no veía la Sagrada Forma, pero que el día que se hiciera el milagro, entonces sí la verían". Entonces, yo le repuse: Al día siguiente, como no había Misa, fuí al
Cuadro a rezar el Rosario, después fuí a rezar una Estación en la Iglesia pero
antes de llegar a ella, se me apareció el Angel y como de costumbre me dijo muy
sonriente: Luego, me dió la comunión y me dijo que rezara el "Alma de Cristo" con El. Así lo hice. Cuando dí gracias, le pregunté al Angel: El me contestó: 19 de junio Después se marchó. Esta aparición tuvo lugar el 19 de junio. Después que me dijo el Angel que iba a haber un milagro yo se lo conté a las otras tres niñas: Loli, Jacinta y Mari Cruz, precisándoles que ese milagro lo iba a hacer el Angel por nosotras. El mismo día por la noche, vino la Virgen muy sonriente, como siempre, le dije: El Angel San Miguel me ha dicho que por su intercesión y la mía Dios Nuestro Señor va a hacer un milagro . . . Como Ella no decía nada yo le pregunté: ¿Y de quién será esa voz? Pero Ella ya no me respondió. Al primero a quien le conté lo que el Angel me anunció sobre el milagro fue a un sacerdote llamado Don José Ramón García de la Riva [Este sacerdote es párroco en Barro, cerca de Llanes, en la ar quidiócesis de Asturias, no muy lejos de Garabandal. Desde el comienzo mismo de las apariciones fue testigo de muchos éxtasis y pudo tomar fotografías de ellos]. Ese mismo día se lo comuniqué también a Loli, Mari Cruz y Jacinta. 18 de Julio Llegó el viernes, y tal romo me lo dijo la Santísima Virgen, escuché la voz, estando en los Pinos, que me decía: —"El día 18 de Julio será cuando se realice el milagro o "milagruco" como tú dices". [Un "milagrucu". Esta expresión es un diminutivo propio de la región en que vive Conchita.]. Después de decirme la fecha fuí y se lo
comuniqué a mi mamá y a mi tía Maximina. Les dije que el Angel iba a hacer un
milagruco, y en qué iba a consistir. Ellas me repusieron: Hago la aclaración, que para entonces no se lo había comunicando a nadie más, fuera de los que ya he mencionado. Un día en que el Angel me trajo la Comunión
aproveché para preguntarle: Terminada esta aparición, la gente del pueblo me preguntaba si el Angel me había informado algo del milagro (pues ya le había dicho al pueblo que el Angel iba a hacer un milagro), pero no lo creían. 6 Julio 1962 Cuando llegó el día en que tenía que
anunciar la fecha del milagro, se lo dije al pueblo y escribí cartas
[Ponemos un fragmento de una de
estas cartas que lleva la fecha del 6 Julio 1962. Dice así: —¡A la mejor no sucede! . . . —me dijo—. Había en el pueblo un señor llamado Eustaquio Cuenca que me decía lo mismo que Don Valentín: que no escribiera más cartas. Pero yo les respondí que me había mandado la Virgen y el Angel, que anunciara el milagro, pero que a pesar de eso, la gente del pueblo no lo creería. Cuando llegó el día 18 de julio, el pueblo
se llenó de gente. Todos querían ver el milagro. Era la fiesta del pueblo. Junto
a mi casa estaba la función de baile. Pero en dos casas vecinas se notó que en
grupos de personas rezaban el Rosario. Entre tanto otros trataban de suprimir el
baile pues comentaban que si continuaban bailando no habría milagro. Entonces un
señor de los que querían suprimir el baile, Ignacio Rubio
[Conchita se refiere a un
caballero andaluz, natural de Córdoba, que con frecuencia subía a Garabandal
sobre todo en un principio.] me preguntó a mí
que si yo quería que se suprimiera el baile. Entonces le contesté: Entonces ya no se discutió nada más sobre el baile. Llegada la noche de ese mismo día, la gente estaba intranquila pues se hacía tarde. Yo en cambio, como la Virgen y el Angel me habían dicho que el milagro vendría, no tenía miedo, pues ni la Virgen ni el Angel me han dicho una cosa que no se cumpliera exactamente. Al llegar las 10 de la noche ya tenía una
llamada. A las 12 otra. Después, a las 2 de la mañana, se me apareció el Angel
en la habitación de mi casa cuando estaba acompañada de mi mamá Aniceta, de mi
hermano Aniceto, de mi tío Elias y mi prima Luciuca, así como una joven de
Aguilar del Campo, María del Carmen Fontaneda. El Angel estuvo poco conmigo. Y
como en otras ocasiones me dijo: Así lo hice. Después me dió la Comunión,
recomendándome que rezara el "Alma de Cristo", y que diera gracias manteniendo
la lengua afuera con la Sagrada Forma hasta que El se retirara y la Virgen
llegara. Así lo hice. Cuando vino la Virgen me dijo: Pregunta:
¿Vió V. bien a la nina? Otro de los testigos,
también de excepción, de este hecho es el albañil de Garabandal, llamado José
Luis Diez. Después me mandó rezar el rosario, como lo hice. Bueno, este milagro que Dios Nuestro Señor hizo por intercesión del Angel San Miguel, algunos lo vieron completo, otros sólo vieron la Forma en la lengua, en ese momento creyeron firmemente, tanto los que lo habían visto, así como los que sin verlo creyeron por los informes de los que lo vieron. Al transcurrir algunos días la gente comenzó a dudar pues todos decían que había sido yo quien había puesto la Forma sobre mi lengua y todo eran comentarios sobre lo mismo. Un Padre Franciscano el P. Justo, vió el milagro pero no lo creyó y decía a la gente que no lo había visto y que era mentira. Que yo había sido quien había hecho todo. Después de dos o tres días me llegó una carta del mismo Padre pidiéndome perdón por haber pensado así de mal. Me decía que era el demonio quien así lo tentó. A los pocos días que llegó esa carta, llegaron tres Padres de parte del Padre Justo, pues les había explicado cosas que habían pasado aquí sobre la Santísima Virgen. Dichos padres me contaron que el referido Padre Franciscano había pasado muchos días y noches sin dormir pensando en la Sagrada Forma, pero al fin había reaccionado bien y aceptó lo sucedido creyéndolo todo. La Virgen Santísima me ha anunciado un milagro La Virgen Santísima me ha anunciado un milagro que Dios Nuestro Señor hará por su intercesión. Como el castigo es muy, muy grande, como lo merecemos, el milagro es también inmensamente grande como el mundo lo necesita. A mí me ha dicho la Virgen la fecha del milagro y en qué va a consistir. Debo decirlo ocho días antes a la gente para que venga. El Papa lo verá desde donde esté, lo mismo el Padre Pío. Los enfermos que asistan a él, sanarán y los pecadores se convertirán. Los que vean este gran milagro, que Dios Nuestro Señor hará por intercesión de la Santísima Virgen, no dudarán. Y ahora todos esperando ese gran día del milagro, para ver si el mundo cambia y el castigo no viene. A nosotras cuatro: Loli, Jacinta, Mari Cruz y yo, desde el principio nos había dicho la Santísima Virgen que nos íbamos a contradecir unas con otras. Que nuestros padres no andarían bien y hasta llegaríamos a negar el haber visto a la Virgen y al Angel [Sobre este anuncio referente a las negaciones y sobre la manera como se ha ido cumpliendo diremos por extenso más cosas, teniendo en cuenta otros documentos diversos del mismo diario. Lo diremos a modo de anexo a este libro.]. Todo esto nos extrañaba mucho a nosotras —¡Claro!— de que nos dijera todas estas cosas . . . Pero en el mes de enero de 1963 todo lo que la Santísima Virgen nos había dicho desde el principio se ha cumplido [Para entender esta apreciación de Conchita hay que tener en cuenta la fecha en que escribe esto, que es avanzado el año 1963. Esto que ella cuenta es un cumplimiento parcial de lo anunciado, solamente.]. Primero nos hemos llegado a contradecir unas y otras y hasta hemos negado haber visto a la Virgen. Hasta un día hemos ido a confesarnos. Pero en nuestro interior teníamos la convicción de que el Angel y la Santísima Virgen se nos habían aparecido, pues Ella traía a nuestra alma una paz y alegría muy profunda y muchas ganas de amarla más, su hablar y su sonrisa nos hacen querer y amar más a la Virgen y entregarnos, completamente a Ella [Señalemos en estos párrafos de Conchita el fino análisis sicológico que ella hace de su interior, incomprensible para tan poca e-dad y sobre todo para tan poca cultura como tiene y a la vez señalamos cómo va poniendo las notas claves que corresponden al discernimiento de espíritus. Ella lo hace en forma que es descriptiva, es decir, ella describe las interiores vivencias de que ha sido objeto. Por eso lo hacemos con tanta seguridad y precisión.]. Nosotras pues, nos hemos ido a confesar, pero sin pensar ni creer que eso era pecado. Si fuimos a confesarnos, fué porque el Párroco nos dijo que lo hiciéramos. Nosotras dudamos un poco, pero en una forma de duda que más bien parecía que el demonio quería que negáramos a la Virgen. Lo mismo hicimos delante de nuestros padres a quienes hemos dicho que no habíamos visto a la Virgen, pero que las llamadas y el milagro de la Sagrada Forma eso sí era cierto. Yo quedaba extrañada en mi interior de decir esas cosas cuando mi conciencia estaba completamente tranquila de que sí había visto a la Santísima Virgen. El Párroco, Don Valentín Marichalar, nos ha dejado de penitencia diez rosarios y cinco Padres Nuestros. Después de transcurridos unos días, se nos volvió a aparecer la Virgen. Entonces fue cuando el padre de Loli, Ceferino, mandó traer una comisión de médicos cuyos nombres son: Alejandro Gasca, Félix Gallego y Celestino Ortiz [El Dr. D. Alejandro Gasca era a la sazón médico de la Penilla y director del centro de Reinosa. El Dr. D. Félix Gallego era médico de Requejada-Polance. Y el Dr. D. Celestino Ortiz Pérez era médico de Santander.]. La misma tarde que llegaron, esta comisión preguntó a Mari Cruz, Jacinta, Loli y a sus padres, el motivo por el cual ellas decían no haber visto a la Virgen. Ignoro lo que esos médicos hayan creído pero lo que sí sé es que decían que todo aquello, referente al milagro de la Hostia lo había hecho yo, explicándolo a su manera. ¡Claro! en esos ratos en que no se sabe lo que se dice y se dejaron dominar algo del demonio. Ellas, desde ese día, ya no volvieron a tener más apariciones; yo sí, esa misma noche, hasta el día 20 de enero [Se refiere al año 1963.], después ya no he vuelto a verla [Conchita habla desde la perspectiva que le da la fecha en que escribe. En realidad había de pasar una crísis más fuerte de dudas y negaciones en el Verano de 1966 como adelante se dirá.]. Ahora Loli, y también Jacinta han vuelto a la realidad; creen que han visto a la Santísima Virgen ¡claro!, ¿por qué no lo van a creer? Aunque Mari Cruz aún sigue diciendo que no,
que ella no ha visto a la Santísima Virgen
[Mary Cruz es la primera a la que
se le retiraron los éxtasis. Es la que se ha mantenido más tiempo en el estado
de duda y de negación. A este propósito citamos una carta de Mari Cruz en que se
ve el estado de honradez y el sentimiento que tenía lugar en ella por tener un
régimen de apariciones diverso que las demás niñas, a la vez que su reacción
ante los comentarios de la gente: Yo también he dudado un poco de que el
milagro venga. Un día, estando en mi habitación, oí una voz que me decía: Esta voz la sentí en mi interior, pero tan clara, como si fuera con los oídos, mejor aún que si fuera con palabras, me dejó una paz y una alegría tan profunda mayor que cuando veía a la Virgen. A Plácido
[Plácido Ruiloba es un caballero
de Santander que desde un principio ha seguido con mucho interés todos los
acontecimientos que se desarrolaban en Garabandal.],
es el primero a quien he contado todo esto. Después él, lo comunicó a otros. Le
llaman "locuciones"
[Entre los fenómenos que tienen lugar en Garabandal con las niñas hay que
distinguir entre las "llamadas", la "aparición" y las "locuciones". La misma
Conchita lo distingue, como se ha visto hasta el presente, haciendo ella misma
una descripción de lo que son las llamadas. También ha explicado lo que es la
aparición. Ahora hace una descripción maravillosa de lo que es la locución. Para
mejor entenderla diremos que la Visión tiene para las niñas el mismo efecto como
si le entrara por los ojos. Así pueden describir los colores, el tamaño etc. Las
palabras que oyen en el éxtasis como procedentes de la Visión, son palabras
concretas. Pueden encontrarse en el diccionario. Transcurrieron los días y no he vuelto a oír esa voz, lo que me ha dado mucha pena. Pero comprendía que Dios no me iba a dar tanta felicidad tan a menudo, sin merecerlo. Me han hecho mucho bien las locuciones. Es como si la Santísima Virgen estuviera dentro de mí ¡Qué felicidad! . . . Después de un mes he vuelto a oír esa voz de felicidad interior, sin palabras, en la Iglesia. Prefiero esas locuciones a las apariciones porque en las locuciones la tengo en mí misma. ¡Ah, qué felicidad que la Santísima Virgen esté dentro de mí y qué vergüenza ser tan mala en este mundo! Me gusta tener más a Jesús dentro de mí. Jesús quiere darme la Cruz para purificarme. ¡Ojalá con más cruces pueda hacer algo por el mundo! Con la ayuda de Dios, pues yo sola soy nada.
Una oración que digo a Jesús es: [Este diario está inconcluso. Después de esto nos consta que Conchita ha escrito más, pero la discrección tanto de ella como de su madre ha hecho que por el momento permanezca secreto. Nosotros no hemos querido forzar este gesto delicado y nos limitamos a señalar algunas de las cosas más interesantes que han tenido lugar a partir de esta fecha hasta el momento de hacer esta transcripción.] Puntos Principales de la historia de Garabandal desde 1963 a 1966 Locución del 20 de Julio de 1963 El 20 de Julio de 1963, Conchita tuvo una impresionante locución de Nuestro Señor. Como Conchita salió de la Iglesia diciendo que había tenido una locución interior, un sacerdote le pidió que por favor relatara las circunstancias por escrito. La niña tomó entonces un papel y un lápiz, y escribió espontáneamente con una gran facilidad, las líneas que nosotros transcribimos textualmente: "Estando yo dando gracias a Dios, y estando pidiendo cosas, El me contestaba. Yo le pedía que me diera una Cruz, que estoy
viviendo sin ningún sufrimiento nada más que con el sufrimiento de no tener
Cruz; y Jesús, cuando yo se lo estaba pidiendo me contestó: Y yo con mucha emoción le iba pidiendo más y
le decía: ¿Para qué viene el milagro? ¿Para convertir a mucha gente? Y El me
contestó: —¿Se convertirá Rusia? —También se convertirá, y así todos amarán a Nuestros Corazones. —¿Y vendrá después el castigo? Y El no me contestó. ¿Por qué vienes a mi pobre corazón sin merecerlo? —Si no vengo por ti, vengo por todos. —El milagro, va a ser como si yo sola fuera la que he visto a la Virgen? [La preocupación de Conchita ante este "Gran Milagro" es el de no quedar como la única privilegiada. No es que ella trate de rehuir la responsabilidad, sino que caritativamente quiere que sus tres compañeras participen de este favor. Este deseo lo ha manifestado en varias de sus conversaciones con la Visión.]. Y El me contestó: Y yo le dije: Y El me dijo: No —¿Iré yo al Cielo? Y me respondió: —¿Cuándo me das la Cruz? Y El no me contestó: Y no me contestó. Sólo me dijo que "en cualquier parte y en lo que sea tendré mucho que sufrir". Y yo le dije: Y El me dijo: Y yo le dije: Y El me dijo: —¿Cuando se va al Cielo, se va muerto? [La pregunta parece demasiado infantil. La poca cultura de Conchita hace que algunas de sus preguntas sean de una simpleza que no corresponde a su edad, Pero en cambio la respuesta es de una profundidad asombrosa.] Y El me dijo: Cuando estaba en esta oración o conversación con Dios, me sentía fuera de la tierra. [Esta frase, donde Conchita mezcla de una manera sublime oración y conversación es una preciosa aportación para el discernimiento de espíritus.]. Jesús también me ha dicho que "Ahora hay más que aman a su Corazón". A mí de los sacerdotes, me ha dicho que tenía que rezar mucho por ellos, para que sean santos y cumplan bien con sus deberes y hagan a otros mejores. [El tema del sacerdocio se presenta con frecuencia, como puede uno darse cuenta. En el cuarto y último Mensaje esta alusión es tan precisa, que a algunos podría parecer demasiado clara. De todas formas este párrafo contiene en resumen todo un programa de actividad apostólica sacerdotal.] "Que a los que no me conocen hagan conocerme, y a los que me conocen y no me aman, que hagan que me amen".(Firma): Conchita González Puntos Principales de la historia de Garabandal desde 1963 a 1966
Con seis meses de antelación, es decir a finales de 1964, Conchita había anunciado —de parte de la Visión— que el 18 de Junio de 1965, ella tendría una aparición del Arcángel San Miguel. Esta larga espera permitió a numerosos extranjeros conocer el anuncio profético y poder así darse cita en Garabandal: asistieron franceses, belgas, alemanes y un gran número de estadounidenses. Numerosos españoles estuvieron presentes, naturalmente. Hacia las 23 horas y 30 minutos, Conchita, protegida por algunos jóvenes del pueblo y por un grupo importante de la Guardia Civil, se dirigió hacia la "Calleja". Ella atravesó entre la multitud, llegó al "cuadro," y cayó de rodillas. Este éxtasis se prolongó por veinte minutos y pudo ser filmado por la televisión italiana y por el N.O.D.O. (Noticiero Español). Conchita recibió un Mensaje para todo el mundo. El texto exacto es el siguiente: El Mensaje que la Santísima Virgen ha dado
al mundo por la intercesión del Ángel San Miguel:
[En el relato de la aparición del
13 de Noviembre de 1965, que nosotros transcribimos más adelante. Conchita pone
esta frase en boca de la Santísima Virgen: El Ángel ha dicho: [A partir de este momento, es la Santísima Virgen la que habla por boca del Arcángel.] Como no se ha cumplido y no se ha hecho conocer al mundo mi Mensaje del 18 de Octubre, os diré que este es el último. Antes la copa estaba llenando, ahora está rebozando. Los Sacerdotes van muchos por el camino de la perdición y con ellos llevan a muchas más almas [Cuando Conchita fue interrogada sobre esta frase del mensaje, sin ningún titubeo aclaró y lo repitió cuantas veces se lo preguntaron: "El Ángel me ha dicho que muchos Cardenales, Obispos y Sacerdotes van por el camino de la perdición y con ellos llevan a muchas más almas" Cuando el Ángel me decía esto, —sigue diciendo Conchita— a mí me daba mucha vergüenza, y el Ángel me lo repitió per segunda vez: "Sí, Conchita, muchos Cardenales, Obispos y Sacerdotes ... etc.".]. A la Eucaristía cada vez se le da menos importancia. [Ya en el mensaje del 18 de Octubre de 1961, se podía leer la frase siguiente "Hay que visitar con frecuencia al Santísimo". La invitación al respecto y a la devoción hacia la Sagrada Eucaristía se hace más urgente en el mensaje del 18 de Junio do 1965. El 3 de septiembre de 1965, el Papa Paulo VI publicaba la Encíclica "Mysterium Fidei'", que viene a hacer una reafirmación solemne del Dogma de la Presencia Real.] Debemos evitar la ira de Dios sobre nosotros, con nuestros esfuerzos. Si le pedís perdón con vuestras almas sinceras El os perdonará. Yo, Vuestra Madre, por intercesión del Ángel San Miguel, os quiero decir que os enmendéis. Ya estáis en los últimos avisos. Os quiero mucho y no quiero vuestra condenación. Pedidnos sinceramente, y Nosotros, os lo daremos. Debéis sacrificaros más. Pensad en la Pasión de Jesús. (Firmado): Conchita González 18-VI-1965 . Puntos Principales de la historia de Garabandal desde 1963 a 1966 APARICIÓN DEL 13 DE NOVIEMBRE DE 1965 Reproducimos en primer lugar una carta textual de Conchita, escrita al Rev. P. Alba, S. J. de Barcelona, como introducción. Acompañada de algunas notas explicativas:
AVE MARÍA! Queridos Todos: Por estos dos chicos, que han llegado a nuestro grupo, me he enterado de que no habéis podido llegar aquí, ya que era vuestro deseo. Yo os mando mi más afectuoso saludo prometiéndoos mis pobres oraciones junto al Sagrario y la Virgen. Que vuestro deseo cada vez más sea para amar a Dios y a su Madre (que es también nuestra), y para vencer nuestros defectos. Yo os pido para mí y para mis amigas [ Conchita hace alusión a sus tres compañeras: Loli, Jacinta y Mari Cruz.] vuestras oraciones ya que mucho lo necesitamos, para que seamos muy humildes y le demos a Jesús lo que nos pida, y que lleguemos un día a ser unas monjas, nada más para servicio de Dios, y para ayudar a los humanos que lo necesiten, esto es nuestro deseo, pero somos muy débiles y necesitamos nos ayuden [ Conchita ya había dicho, antes de las Apariciones, que ella desearía entrar al convento.]. La Virgen me ha dicho el l de Enero del año 1965, que los Cristianos Católicos, que no pensamos en el otro mundo, en el cielo ni en el infierno, que debemos de pensarlo, y así nuestra vida estará más unida a Cristo, y que debemos de pensar y meditar más en la Pasión de Jesús. Debemos de hacerlo, pero no sólo hacerlo, sino hacer que otros lo hagan. Ya veremos entonces cómo nos sentiremos más a las puertas de la felicidad de Dios; y nuestras Cruces, las aceptaremos con alegría y amor por Dios. Con mucho cariño para todos . Y en unión de oraciones. (Firmado): Conchita González
(Signed): Conchita González
-X- Reproducción de una carta de Conchita al Rev. P. Gustavo
Morelos (México), en que le anuncia haber tenido una locución (8-XI-65). Que
tendrá una aparición en los Pinos (13, sábado); y que le dará a la Sma. Virgen a
besar un objeto diciéndole, que será para el Padre Morelos. ¡AVE MARIA! S. S. Garabandal, 8 de Noviembre de 1965.
Rvdo. y querido Padre Morelos:
EN UNION DE ORACIONES
"El sábado, día 13 de Noviembre, tenía anunciado por la Virgen, en una locución que recibí en la Iglesia, que la vería en los Pinos: especial aparición para besar objetos religiosos y repartirlos después, ya que tienen gran importancia. Yo estaba con grandes deseos de que llegase ese día, para volver a ver a quien ha sembrado en mí la felicidad de Dios: a la Virgen con el Niño Jesús en sus brazos. Estaba lloviendo, pero a mí no me importó. Subí a Los Pinos y llevaba conmigo muchos rosarios que hacía poco me los habían regalado para repartirlos, y yo, como me había dicho la Virgen en la locución, los llevé para que los besara. Subiendo sola a los Pinos iba diciéndome, como muy arrepentida de mis defectos, que yo no caería más en éllos, porque me daba apuro presentarme delante de la Madre de Dios sin quitarlos. Cuando llegué a Los Pinos empecé a sacar los rosarios que llevaba y estándolos sacando, oí una voz muy dulce, la de la Virgen, que se distingue entre todas, y me llamaba por mi nombre. Yo le he contestado: "¿qué . . .?" Y en ese momento la he visto, con el Niño Jesús en brazos. Venía vestida como siempre y muy sonriente. Yo le he dicho: Y Ella me ha dicho: Yo traía masticando un chicle, pero cuando
la estaba viendo dejé de masticarlo y lo he puesto en una muela. Y Ella se
conoce que ha notado que lo traía y me ha dicho: Y yo con vergüenza, me lo he sacado y tirado
en el suelo. Después me ha dicho: Yo le he dicho: Ella me ha dicho: Y me ha pedido: Y se lo he dado todo. Llevaba conmigo una Cruz y la ha besado y
después me ha dicho: Después de esto me ha pedido le diga las
peticiones para los demás, que me habían encomendado. Y yo se las he hecho
[Conchita y las otras
niñas han dicho con frecuencia, que durante los éxtasis, la mirada de la
Santísima Virgen se dirigía hacia los asistentes, deteniéndose algunas veces más
largo tiempo sobre alguno u otro. Y con satisfacción de Madre decía: "Todos
éstos son mis hijos".]. Y me ha dicho: ELLA SE HA SONREIDO. Y yo le he dicho: Ha estado muy poco, también me dijo: Después añadió: Como ya he escrito estaba lloviendo mucho y la Virgen y el Niño Jesús no se mojaban nada. Yo, cuando los estaba viendo no me daba cuenta de que llovía, pero cuando dejé de verlos estaba mojada. Yo le he dicho: Y nada más. Se ha pasado ese feliz rato que he pasado con mi Mamá del Cielo y mi mejor Amiga [Es una expresión usada muy frecuentemente por Conchita.], y con el Niño Jesús. Los he dejado de ver pero no de sentirlos. [Seguramente hace alusión a las locuciones.]. De nuevo han sembrado en mi ánimo una paz y una alegría y unos grandes deseos de vencer mis defectos para conseguir amar, con todas mis fuerzas, a los Corazones de Jesús y de María, que tanto nos quieren. Anteriormente [La palabra "anteriormente" se aplica a las Apariciones y locuciones anteriores.] la Virgen me ha dicho que Jesús no mandaba el castigo para fastidiarnos sino para reprendernos de que no le hacemos caso y por ayudarnos. Y el aviso nos lo manda para purificarnos, para hacernos ver el milagro con el cual nos muestra claramente el amor que nos tiene y por eso el deseo de que cumplamos el mensaje. El "aviso" se verá, y pasará, en todas partes y lo sentirá cada persona, es como un castigo. Se verá lo que hemos causado nosotros con nuestros pecados. Yo pienso que nos vendrá muy bien, para los que no se desesperen, pues será para nuestra santificación. Para el P. Morelos. He recibido su carta, y hoy le contesto. No
le he mandado esto [Se
refiere al relato de la Aparición.] antes, porque no
he podido. Espero pida por mí, pues mucho lo necesito.
EN UNION DE ORACIONES
Regresó el día 7 de Noviembre a su país y con gran sorpresa se encontró con una carta de Conchita fechada el día 8 del mismo mes, en la que le anunciaba tendría una visita de la Virgen en los Pinos, documento reproducido en páginas anteriores). Lo que más le interesó al Padre de dicha carta, fué la promesa que Conchita le hacía, de que cuando viera a la Sma. Virgen, le daría un objeto a besar diciéndole: "que ese objeto sería para el P. Morelos". le: "que ese objeto sería para el P. Morelos". Ansiosamente esperó el Padre el relato del encuentro de Conchita con Nuestra Dulce Madre. Finalmente en un día muy significativo: 25
de Diciembre, el Padre tuvo en sus manos la siguiente carta que reproducimos
textualmente: Puntos Principales de la historia de Garabandal desde 1963 a 1966
Locución de Conchita con Nuestro
Señor en Pamplona Reproducción de un fragmento de la carta de Conchita escrita al R. P. Gustavo Morelos, en que le relata este acontecimiento: Copia de la Locución de Conchita del día 13 de Febrero de 1966 El Domingo 13 del mes de Febrero [El 7 de Febrero. Conchita entró como aspirante con las Carmelitas Calzadas Misioneras de Pamplona, con el deseo de seguir la vocación religiosa. Seis días después Nuestro Señor le hace el camino especial que le tiene destinado. La sintaxis es particularmente irregular. Por lo tanto la expresión es clara: las palabras puestas en boca de Nuestro Señor son absolutas, cortantes. Algunas llegan a presentar una forma lapidaria.] en el momento de dar gracias a Dios, después de Comulgar, he recibido a la vez una grande alegría y a la vez una tristeza mayor y una desilusión. He oído la voz de Cristo que me decía así: "Conchita, tu has venido aquí al colegio para prepararte para ser mi esposa y dices que a seguirme. ¿No me dices, Conchita, que quieres cumplir con mi voluntad? Pues tú ahora quieres cumplir la tuya y ¿quieres seguir así toda tu vida? Te he elegido a tí en el mundo para que te estés en él, enfrentándote con las muchas contrariedades que por Mí hallarás. Todo esto lo quiero Yo para tu santificación, y lo ofrezcas por la salvación del mundo. Debes hablar al mundo de María. Acuérdate de que en Junio me has preguntado si serás monja. Te he dicho: en cualquier parte hallarás la Cruz, el sufrimiento, te lo vuelvo a decir ahora. Conchita, ¿has sentido Mi llamada para ser mi esposa? No, porque no te he llamado". Yo le he preguntado: ¿Y cómo se siente tu llamada para ser monja? Y me ha dicho: No te preocupes de esto, tu no la sentirás". Le he dicho: ¿entonces no me quieres Jesús? Me ha dicho: "Conchita, ¿tú me preguntas eso? ¿Quién te ha redimido? Cumple mi voluntad y encontrarás mi amor. Examínate bien. Piensa más en los demás, no te importen las tentaciones; si eres fiel a mi amor, vencerás las muchas tentaciones. Sé inteligente en lo que te he dicho, inteligente espiritualmente, no te tapes tu misma los ojos del alma, no te dejes engañar por nadie. Ama la humildad, la sencillez, nunca pienses que lo que has hecho, es mucho, piensa en lo que tienes que hacer y en lo que debes de hacer, no para ganar el Cielo, sino para el mundo, que cumpla mi divina voluntad; que toda alma se prepare. Quien tenga su alma dispuesta para oírme, sabrá qué es mi voluntad". "Quiero decirte, Conchita, que antes del Milagro sufrirás mucho, pues habrá pocos quienes te crean; [Se puede ver aquí una clara alusión a las dudas que, muy pronto tendrá que sufrir, asf como la inquietud que resultará en la misma familia de Conchita.] tu misma familia creerá que les has engañado. Todo esto lo quiero Yo (ya te lo he dicho), para tu Santificación, y para que el mundo cumpla el Mensaje. Quiero prevenirte que el resto de tu vida será un continuo sufrimiento; no te acobardes, en el sufrimiento, estoy Yo y María, a quien tu tanto quieres".
Yo le he preguntado si en Roma también me
dejarían de creer,
[Invitada por el Santo Oficio, Conchita fué a Roma en Enero de 1966; fué
acompañada de su madre y del Padre Luis Luna. Puntos Principales de la historia de Garabandal desde 1963 a 1966 CONTRADICCIONES Y RETRACTACIONES Desde el principio de las Apariciones, la Visión había anunciado a las niñas que llegaría el tiempo en que se contradecirían y aun llegarían a negar haberla visto. Las niñas lo repetían frecuentemente. Para ser más precisos, transcribimos a continuación algunos textos en donde los anuncios de las retractaciones futuras están perfectamente explícitas: en la página 60 del Diario manuscrito de Conchita, se lee el pasaje siguiente escrito en 1963: "Desde los primeros días de las Apariciones, a nosotras 4: Loli, Jacinta, Mari Cruz y yo, al principio de todo, nos había dicho la Virgen que nos contradeciríamos unas con otras, que nuestros padres no andarían muy bien; y hasta nos dijo que habíamos de NEGAR que habíamos visto a la Virgen y al Ángel. Y en el mes de enero ha pasado todo esto... Esto nos extrañaba mucho, ¡Claro! que Ella nos lo dijera..." En una carta dirigida a William A. Nolan (de EE. UU.), con fecha del 22 de marzo de 1965, Conchita escribió: "Además del Mensaje, Ella (la Virgen) nos ha dicho otras muchas cosas. Ella nos ha dicho también que habría muchas contradicciones entre nosotras". Según una locución que tuvo Loli en Noviembre de 1965 la Virgen le anunció un período de dudas en estos términos: "Ella me ha dicho que tenía que sufrir mucho en este mundo que tendría muchas pruebas, que dudaría de todo lo que he visto, y que esto me haría sufrir más que todo". En la locución del 13 de Febrero de 1966, de la cual ya hemos hablado y dado el texto íntegro, Nuestro Señor advierte a Conchita de la manera siguiente: "Te repito que tendrás mucho que sufrir de hoy al Milagro, pues pocos te creerán. Tu misma familia creerá que les has engañado. Pero todo esto, soy Yo quien lo quiero, como ya te lo había dicho, para tu santificación y para que el mundo cumpla el Mensaje. Quiero prevenirte que el resto de tu vida será un sufrimiento continuo". ¿Qué es lo que se ha cumplido hasta el
presente de estos anuncios? —Se dice de Conchita que ella se retractó una primera vez a la edad de doce años, cuando fue llevada a Santander a finales de Julio de 1961. Se dijo en esta ocasión que llegó hasta firmar un papel en el que decía no haber visto a la Virgen. No tenemos ningún documento o mayor detalle sobre esta primera retractación. Se puede pensar de antemano que su importancia es de muy poco valor en comparación de lo que sigue. —Al mismo tiempo que Conchita, Loli y Jacinta afrontaron dos períodos de dudas y de contradicciones: el primero se sitúa en Enero de 1963, el segundo en el transcurso de 1966. He aquí lo que dice el Diario de Conchita sobre el primer período: "En el mes de Enero de 1963 todo lo que la Santísima Virgen nos había dicho ha llegado. Hemos llegado a contradecirnos. Al principio comenzamos por contradecirnos unas con otras, hasta llegar a negar que habíamos visto a la Santísima Virgen. Nosotras hasta nos hemos ido a confesar. Pero en nuestro interior, no obstante, sabíamos que el Arcángel y la Santísima Virgen se nos habían aparecido." Y más adelante: "Yo misma me extrañaba de decir todo esto, pues en mi conciencia estaba perfectamente tranquila de haber visto a la Virgen". El segundo período de dudas comienzan, al menos para Conchita, durante la Cuaresma de 1966. Esto comenzó por fuertes tentaciones contra la fe en la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía. Esto no era la primera vez. Pero, al comienzo de la Semana Santa, estas tentaciones llegaron a ser tan violentas que Conchita dejó de comulgar. Las religiosas que se ocupaban en la educación de la niña en el Colegio la persuadieron de sobreponerse a esas tentaciones y volver a la práctica de la Comunión diciéndole que la tentación en sí no es un pecado. Conchita entonces consintió en continuar con su práctica de la Comunión diaria, pero entonces principió a sentir como una fuerza que le impedía acercarse; ella debió hacerse violencia para perseverar. Según sus propias palabras se expresaba así:
Estas tentaciones contra la Fe fueron seguidas de dudas sobre la realidad objetiva de sus Visiones. Conchita se preguntaba si no habría sido todo juego de su imaginación, o si hubiera sido víctima de alguna turbación psíquica o mental. En la misma época, Loli y Jacinta en distintos lugares y a kilómetros de Conchita sufrían el mismo fenómeno angustioso interior sobre la realidad de sus apariciones. Estas dudas fueron en aumento en los siguientes meses. Posteriormente las tres niñas se encontraron en Garabandal. A mediados del mes de agosto, ellas decidieron ir a comunicar sus dudas y temores al Señor Cura. He aquí una carta que Conchita escribió al Padre Morelos, con fecha 13 de Octubre de 1966 en que le cuenta la dura prueba por la que está pasando: La entrevista mencionada en esta carta entre Conchita y el Obispo de Santander (D. Vicente Puchol) fué muy larga: duró siete horas, dos en la mañana y cinco en la tarde. Conchita quedó muy contenta de la forma como la trató el Señor Obispo. Ella declaró que todo lo que había escrito en su diario era verdad "excepto el hecho de haber visto a la Virgen y al Angel". Ella explicaba todo lo que había hecho durante los años de Apariciones como una serie de coincidencias asombrosas. Decía también que lo de las "llamadas" sí eran verdad pues recordaba perfectamente su sensación. Esta visita del Obispo de Santander a Pamplona tuvo lugar los primeros días de Septiembre de 1966. Se realizó otra entrevista de Conchita con el Obispo pero esta vez en Santander. Conchita cuenta que en esta ocasión tuvo la intención de decir al Prelado la fecha del Milagro anunciado. Pero al momento de querérsela decir se le olvidó totalmente, y tan pronto como atravesó los umbrales del Palacio Episcopal, bruscamente la fecha del Milagro volvió con toda claridad a su mente. Estas entrevistas de Conchita con el Obispo de Santander se terminaron pidiendo el Obispo que firmara sus declaraciones. No así los padres de las niñas, quienes algunos de ellos dijeron no poder firmar tales declaraciones hasta que se les explicase qué cosa había sido aquellos fenómenos que observaron en sus hijas durante los tres años. Esta actitud de los padres de las niñas es muy explicable debido a que son gente ruda de montaña acostumbrada a ver las cosas con toda claridad. Después de esto, muchas personas han tenido la ocasión de conversar con la niña. Cuando por ejemplo se presentó el R. P. Gustavo Morelos en Enero de 1967 le mostró a Conchita la Imagen hecha en México por el pintor Octavio para dar a conocer los mensajes dados por la Virgen en Garabandal. Al verla Conchita hizo un gesto de gusto y tomándola en sus manos principió detalladamente a hacerle al Padre algunas observaciones, por ejemplo: Que no traía corona, que las estrellas que circundaban su cabeza se iban como entrelazando formando lo que ellas llamaban corona. Que no traía cíngulo a la cintura, que la cara la mantenía erguida, que el escapulario lo traía sobre la derecha y en forma de manípulo ... Al día siguiente el Padre Morelos acompañó a Loli y Jacinta a sus respectivos colegios y teniendo la misma Imagen sobre su escritorio Loli se llegó a él para consultar al Padre: la tomó en sus manos y le dijo: —Padre, la Virgen que nosotros hemos visto no traía corona, no tenía la cabeza hacia un lado, no tenía cíngulo y el escapulario lo traía en la derecha en forma de manípulo. Estas observaciones hechas por distinta niña y a kilómetros de distancia es una prueba elocuente de que las niñas en pleno período de dudas y negaciones, en su interior llevan muy bien grabada la Imagen de la Santísima Virgen que captaron sus sentidos y en especial su conciencia. También se le han hecho muchas preguntas a Conchita sobre lo que ella llama sus "negaciones". Reproducimos aquí un diálogo particularmente interesante: Pregunta: —¿Cuando tú decías que veías a la Virgen, mentías? Conchita: —No, decía la verdad. Pregunta: —¿Y ahora que tú dices que no la has visto, mientes? Conchita: —No, digo la verdad. Pregunta: —¿Tienes la conciencia tranquila actualmente a este respecto? Conchita: —Sí. Pregunta: —¿Y cuando tú decías que veías a la Virgen, también tenías la conciencia tranquila? Conchita: —Sí, claro que sí. Pregunta: —¿En qué momento de estos dos tuviste la conciencia más tranquila? Conchita: —Cuando decía que yo veía a la Virgen. Tenía entonces la conciencia completamente en paz. Ahora, claro la tengo en paz, pero tengo a la vez "algo en el interior profundo de mi conciencia". Pregunta: —¿Por qué dices tú ahora que no has visto a la Virgen? Conchita: —Sólo la Santísima Virgen sabe por qué. Ella hace las cosas así... En una carta que Conchita escribió con fecha de Noviembre de 1966, se lee este pasaje: —"Continúo pensando lo mismo respecto a mis retractaciones, y acepto todo esto como una Cruz que me envía Nuestro Señor. Por momentos, pienso: si todo esto no ha sido verdad, entonces no es ni una Cruz, ni nada. Para terminar citaremos íntegramente otro escrito de un Teólogo español, el R. P. Lucio Rodrigo, sobre las retractaciones y las dudas de las niñas. Esta nota lleva la fecha del 10 de Agosto de 1966. Este escrito se realizó cuando Loli y Jacinta llegaron al momento álgido de sus dudas. Por lo tanto, el autor de esta nota no pudo conocer el momento culminante de Conchita, que se sitúa un poco más tarde, hacia el 15 de Agosto: "Todos aquellos que creen en la realidad sobrenatural y divina de los hechos de Garabandal no deben dejarse afectar en su Fe por el hecho de que actualmente una u otra de las niñas afirmen que todos estos fenómenos no han sido más que una maravillosa comedia, hábilmente montada y entrenada o bien que ellas han sido juguete de una dulce ilusión causada por la enfermedad del demonio. La razón es la siguiente: si nosotros hemos concluido y creído en el carácter sobrenatural divino de estos fenómenos, no ha sido porque nos hemos fundamentado en lo que las niñas nos decían de sus Visiones en aquellos momentos, ya sea en los momentos de éxtasis o después, sino considerando el conjunto de los fenómenos a los cuales nosotros hemos asistido, o que otras personas plenamente dignas de Fe afirman haber visto; nosotros hemos sometido este conjunto de hechos a un severo análisis crítico y hemos llegado a la conclusión de que estos fenómenos no eran y no podían ser inventados por las niñas, ni ser el resultado de imaginaciones de origen patológico o demoníaco. Esto no excluye que algún hecho ocasional o aislado haya sido fruto de su imaginación o de ilusión o de ambos a la vez. Agregamos que este razonamiento será siempre válido, aún en el caso en que Conchita llegase a afirmar como lo hacen las otras tres niñas, que todo lo sucedido no ha sido más que una hábil simulación de su parte o bien que ellas han sido el juguete de la ilusión. Por lo tanto si nuestras conclusiones y nuestra creencia en la sobrenaturalidad de los fenómenos de Garabandal no se han fundado sobre lo que las niñas han dicho en la época de las Apariciones, sino sobre los hechos concretos y reales constatados por mí y por otros muchos testigos, atenuarlas simplemente por lo que en la actualidad o en estas Apariciones nadie tiene razón de destruirlas o aún de el futuro puedan las niñas decir. Ellas estarían en una ilusión, pero no nosotros".
Comillas, 10 de Agosto de 1966.
DIARIO DE CONCHITA - 12
Testimonio
del R. P. Ramón Ma. Andreu.
Pregunta: El 18 de Octubre de 1961 V. estuvo en Garabandal, ¿Podría contarnos el desarrollo de esta visita y las circunstancias que la acompañaron? El Padre: Con mucho gusto. Llegué a Garabandal el 17 de Octubre. Durante ese día y sobre todo el día 18 vi llegar al pueblo una multitud inmensa, Representó mucho teniendo en cuenta lo difícil de acceso y que el día fue un auténtico diluvio. La distancia de Cossio, que hubo de hacerse a pie, es de unos seis kilómetros. Ese día yo estaba contento y tranquilo. No tenía ningún motivo para estar de otra manera. Durante los meses de Agosto y Septiembre, e incluso lo que había pasado de Octubre, había sido testigo de muchos acontecimientos en este pueblo de la montaña. Tenía de estos meses muchos recuerdos felices. Todo me parecía bueno. Pregunta: ¿Cuáles eran sus relaciones con el Sr. Obispo de Santander? El Padre: Mis relaciones con la autoridad diocesana eran excelentes. D. Doroteo Fernández, Administrador Apostólico de la Diócesis, me había autorizado a subir a Garabandal, a decir allí la Misa, a predicar y a confesar. Tuve la oportunidad de visitar al Sr. Obispo en varias ocasiones. En estas visitas le pude exponer mis personales opiniones. Lo mismo sucedió con D. Eugenio Beitia Aldazabal tanto en lo que se refiere a mí, como a mis hermanos los P. P. Alejandro y Marcelino. Pregunta: ¿Cuál fue el motivo inmediato de su visita a Garabandal el día 18 de Octubre de 1961? El Padre: Ustedes saben que las niñas habían anunciado para ese día la proclamación del mensaje. Yo supuse que esto podía ser importante. Esto lo debieron pensar muchas personas, porque a pesar de las dificultades de ese día de diluvio se reunieron en el pueblo al rededor de unas cinco mil personas. Pregunta: Conchita dice en su Diario que esta inmensa multitud subió a los Pinos hacía las 10 de la noche para oír el mensaje. ¿Subió V. también? El Padre: Sí. Yo subí de los últimos siguiendo a la gente en esa ascensión laboriosa. Era necesario recorrer 500 metros monte arriba, ese día de agua y de barro. A ratos era negro como boca de lobo. Algunas lámparas de bolsillo se veían centellar a lo largo y ancho de la ladera. El agua rodaba monte abajo por todas partes. Durante esta ascención resbalaba continuamente; incluso me caí varias veces. Esto les sucedió a casi todos. Llegué a hacer la mitad del camino cuando sentí de golpe, brutalmente una intensa amargura interior. Fué una mezcla de sentimientos tristes difíciles de definir. En aquél momento todo parecía derrumbarse para mí. Una impresión extrema de intensa soledad. Las cuatro niñas no eran más que unas enfermas. Yo me preguntaba a mí mismo: ¿Por qué estoy aquí? Mi hermano había muerto, esto era todo lo que yo había sacado en difinitiva. Aumentaba por momentos un interno estado doloroso. Puedo decir de verdad que nunca, a lo largo de mi vida, he tenido una desolación intensa. Pensé abandonar aquello que no pasaba de ser, ante mis sentimientos más que una triste barraca pueblerina. Estuve un rato quieto. A. veces miraba hacia el cielo. Sé que me hubiera gustado en aquél momento la realización de un milagro, que las niñas no habían anunciado. Mi decepción fue absoluta. Cambié de sitio y quedé nuevamente un tiempo que no podré decir cuánto fué, en solitario, sintiendo pasar en la oscuridad a los que habían subido hasta los pinos. Todo era noche y silencio. Jamás me había sentido más solo. De pronto una linterna dirigió hacía mí su
foco. Un amigo que descendía de los pinos me reconoció. Llegó a mí. Yo le dejé decir, mientras pensaba en mi interior; mañana comprenderás lo absurdo de todo esto. Con él descendí hasta el pueblo sin
manifestar nada de lo que ocurría en mi interior. Entramos en una casa donde ya
nos esperaban. Al poco tiempo entró Amaliuca, la hermana de Loli. Dirigiéndose a
mí y a otros dos nos dijo: Yo la oí, pero no pensé ir. Al fin me dije: Haré una obra de misericordia; visitar a los enfermos. Y decidí ir a darle un adiós definitivo. Pregunta: ¿Y fué V. a casa de Loli? El Padre: Sí. Subí al
desván de la casa de Cerefino. Había allí un número de personas que bien podían
ser 12, ó 14, y entre ellas estaba Loli. La niña se veía contenta, diría incluso
que feliz. Yo pensaba en la inconsciencia de aquella niña y de las otras, cuando
ya Loli me decía sonriente: No se trataba de ninguna silla. Era una especie de camastro, lo que había en un rincón. Yo automáticamente me medio senté en el borde. Loli se sentó junto a mí. Ella tenía 12 años, pero iba a dirigir la conversación, cuyo recuerdo duraría en mi creo que para siempre. —
De ustedes tres hay uno que no cree, me dijo: ¿Sabe
V. quién es? Loli puso en su infantil mirada una como
sonrisa de inteligencia y añadió: Yo me quedé estupefacto, mirando a Loli, sin
saber que decir. Y ella anadió: En aquél momento me levanté; comprendí confusamente que el momento del adiós definitivo no había llegado. Cogí a dos amigos, que me miraban fijamente
al rostro mientras me decían: Sin darles respuesta a estas preguntas les
empujaba diciendo: Aniceta abrió la puerta. Mi saludo fue
directamente esta pregunta: Está ya acostada, me dijo, pero puede V. subir. No había puertas que abrir. Subí los pocos escalones y llegué a la habitación, llamémosla así, donde Conchita estaba en la cama con su prima Luciuca. Tenía Conchita 12 años y su prima 11. En cuanto me vió dijo sonriente, antes de
que yo abriera la boca: Conchita sonrió y me dijo: Me quedé sin palabra. Al día siguiente Conchita señalaba con el dedo en una fotografía, exactamente el sitio del monte donde había estado pensando cada una de estas cosas. Había algo importante para mi. Todo lo que había dicho Conchita era cierto. Ella me dijo de parte de la Virgen: "Todo esto le ha sucedido para que en adelante no vuelva a dudar más". Yo he atravezado por otros momentos de duda, aunque nanea tan angustiosos como aquel 18 de Octubre. Con frecuencia se me ha dado la noticia —incluso con avisos de ser decisión oficial— de que codo se había terminado. Pero he visto como una y otra vez quedaba abierto el mismo interrogante. La experiencia de este 18 de Octubre de 1961 me ha servido en muchos casos, para interrogarme a mí mismo cómo las niñas pudieron conocer, especialmente Conchita, con tanto detalle, una interna experiencia mía y decírmela con tanta claridad y seguridad.
DIARIO DE CONCHITA - 13
BOLETÍN OFICIAL NOTA OFICIAL DEL OBISPADO DE SANTANDER SOBRE LOS HECHOS DE SAN SEBASTIAN DE GARABANDAL(1965). Escribimos esta NOTA por imperativo de nuestro deber Pastoral. El nombre de GARABANDAL y los hechos que en esa pequeña aldea de montaña de nuestra Diócesis se han producido durante estos años han llegado por todos los medios de comunicación social, más allá de nuestra Patria y de nuestro continente europeo. Agencias internacionales han divulgado informaciones gráficas y reportajes especiales. Se habla de apariciones de Nuestra Señora la Virgen María, de mensajes espirituales, de deseos de la Virgen Santísima. Al mismo tiempo se nos pide un parecer autorizado sobre estos acontecimientos que se quieren unir con otras venerables advocaciones marianas universalmente conocidas. El Obispado de Santander ha recogido amplísima documentación durante estos años de todo cuanto allí ha acontecido. No ha cerrado su "carpeta" en este asunto. Escribirá siempre agradecido todos los elementos de juicio, que se le remitan. Han sido TRES las NOTAS o-ficiales que hasta el momento han aparecido tratando de orientar el juicio de los fieles. Esta NOTA será la cuarta. Y su conclusión hasta el presente, la misma de los hechos, no ha encontrado razones para modificar el juicio ya emitido, opinando que NO CONSTA de la sobrenaturalidad de los fenómenos, que ha examinado cuidadosamente. En consecuencia precede que esta autoridad diocesana renueve las oportunas providencias para que artificiosamente no se fomente un ambiente de confusión, por una propaganda masiva al margen de la letra y del espíritu de los sagrados cánones, por medio de noticias, artículos periodísticos o de revistas, informaciones gráficas, reseñas de itinerarios y otros medios semejantes. Recordamos que según el canon 1,309 No. 5 "están prohibidos por el Derecho mismo, los libros y folletos que refieran nuevas apariciones, revelaciones, visiones, profecías, milagros o que introduzcan nuevas devociones, si se han publicado sin observar las prescripciones de los cánones". Hacemos saber que hasta el momento presente no hemos concedido "Imprimatur" a ningún libro, folleto, artículo o reseña en esta materia. Extendemos hasta donde llegue nuestra autoridad diocesana la misma prohibición del canon a cualesquiera publicaciones de artículos o informaciones, que no se hayan sometido a la censura de la Diócesis de Santander. Suplicamos a todos los fieles cristianos que se abstengan de fomentar con su presencia en San Sebastián de Garabandal el ambiente creado en torno a estas apariciones y comunicaciones espirituales, haciendo sin embargo constar que no hemos encontrado materia de censura eclesiástica condenatoria, ni en la doctrina ni en las recomendaciones espirituales, que se han divulgado en esta ocasión, como dirigidas a los fieles cristianos, ya que contienen una exhortación a la oración y al sacrificio, a la devoción eucarística, al culto de Nuestra Señora en formas tradicionalmente laudables, y al santo temor de Dios, ofendido por nuestros pecados. Repiten simplemente la doctrina corriente de la Iglesia en esta materia. Admitimos la buena fe y el fervor religioso de las personas que acuden a San Sebastián de, Garabandal y merecen el más profundo respeto, y queremos apoyarnos precisamente en este mismo fervor religioso, para que confiando plenamente en la Iglesia Jerárquica y en su Magisterio, cumplan con la mayor exactitud nuestras recomendaciones reiteradamente publicadas. En cuanto a los sacerdotes, por la especial importancia que su intervención puede tener, tanto en su forma de activa participación y colaboración en el desarrollo de los hechos, cuanto en la forma de simple presencia como espectador, PROHIBIMOS de manera explícita y formal su asistencia sin expresa licencia, particular y en cada caso, de la autoridad diocesana, declarando que quedan suspendidas "ipso facto" las licencias en esta Diócesis de Santander, para cuantos contravinieran esta nuestra formal advertencia. La Suprema Sagrada Congregación del Santo Oficio ha tomado contacto con la DÍÓCÍSÍS de Santander para obtener la debida información en este grave asunto.
Santander, a 8 de Julio de 1965.
DIARIO DE CONCHITA - 14
Fragmento del texto original de unas notas de Conchita.
"Estaría todo el día hablándote . . . pero a lo mejor te aburro. En la oscuridad de esta noche tan silenciosa y que mirando al cielo azul se vé la creación tuya, las estrellas, la luna . . . todas estas cosas que las has hecho por nuestro bien. Me siento mirando al cielo muy unida a Ti ... Quisiera que los demás que no se acuerdan de Vos y que están separados de Vos acepten mis oraciones y aceptaras mis oraciones de esta noche y mis muy miserables y tímidos sacrificios—Por esas almas para que se acerquen a Vos Jesús, María Madre de la Iglesia, y en especial por los que aún no os conocen". "Por qué me has escogido a mí, sabiendo lo que soy, para decir tristes mensajes. Es una gracia muy grande, pero no te creas, Jesús mío, que ya me doy cuenta de la responsabilidad que tengo. Qué tal cumplo, Jesús? Es que no puedo metérselo a dentro el mensaje, y hacerles cumplir y además que algunos creen que me lo he inventado yo! ¿Por qué consientes? Ya Tú sabes, no lo cumplen en esta forma, asi dudando. Oh Jesús mío, que meditemos tus cinco llagas para que ofrezcamos con gusto nuestros sacrificios. Perdónanos Señor porque por nosotros estas hoy clavado ...". "Me gustaría visitarte más. Quisiera ser tu lamparita y que la llamita te alumbre cada vez con más luz y diese luz a las almas que quieren venir donde Tí. También quisiera ser la parte de dentro de la puerta del Sagrario para estar más unida a Tí. Quisiera ser tanto que no soy nada, nada de nada. Pero como soy la hija de María, Madre de Dios, y he sido redimida con la Sangre de Cristo Crucificado, por eso soy algo". DIARIO DE CONCHITA - 15
UNA ORACIÓN DE CONCHITA — 1º de ENERO 1967.
Madre, yo te pido para este nuevo año: Señor, esto es lo que te pido para todo este año: Señor, perdón. Señor, te pido por todos los que me lo han
encomendado. También te pido por los que me han escrito ahora, Madre, escúchales a todos, Señor, perdón por esos que me encomiendan a Tí. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Ave, María Purísima,
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